¡Bueeenas!
Volvemos un lunes más con otro
capítulo comentado de Harry Potter y el cáliz de fuego. En
este caso, tenemos entre manos el cuarto y el quinto, ya que la semana pasada
no me dio tiempo a publicarlo.
Capítulo IV Hasta
nunca, Dursley
En este cuarto episodio, Harry
está deseando volver a Hogwarts, si hasta apunta los días que le quedan de
vacaciones de verano, vamos, igualito que los muggles que estén tumbados a la
bartola en la playita, ¿verdad?
¡Malditos pelirrojos! |
Los Dursley siguen a dieta y más
hambrientos que nunca, es decir, más cabreados de lo normal, y si a eso le
añadimos que tío Vernon, muy a
regañadientes, espera la visita de los Weasley para que se lleven a Potter de
Mundiales… apaga y vámonos. Para más inri, los pelirrojos por excelencia
llegan media hora tarde, lo que crispa el ambiente más si cabe. Así que nada,
ahí están ellos, con sus mejores galas, esperando a unos magos estrafalarios
con el único deseo de que pase pronto y sea lo más discreto posible.
Obviamente, hablamos de los Weasley, o sea que eso de la entrada como un muggle
cualquiera se les escapa de las manos, y deciden
aparecer por la chimenea (tapiada, por cierto) con los polvos Flu.
Conclusión: destrozo del comedor, ambiente tenso donde los haya y rencor, mucho
rencor. Como podréis adivinar, las
presentaciones son frías y sin el menor contacto físico, pero, por suerte, nuestro querido Fred la lía antes de
desaparecer por la chimenea, ya que “accidentalmente” se le caen unos
caramelos, que recoge antes de irse… JA. El
jodío se deja uno a sabiendas de la estricta dieta de Dudley, quien no tarda ni
un segundo en comérselo a escondidas, luego su lengua comenzará a crecer de
manera exponencial mientras sus padres gritan despavoridos. Vamos, que le toca
al señor Weasley quedarse a solucionarlo todo. En definitiva, la presentación
más incómoda de la historia.
Como datos que me han dejado loca,
tengo que destacar que realmente pensaba
que la cola de cerdo que Hagrid creó mágicamente en Dudley también se había curado
mágicamente en el primer libro, pero resulta que no. El chaval tuvo que ir a un
hospital privado a que se la extirparan. Normal que le tenga asco a Harry.
Imaginaos con once años yendo al hospital por algo así, vergüenza, humillación
y miedo. No quita que Dudley sea un capullo, ¿eh? No penséis que me cae bien
este chico.
Y el otro momento a destacar es la lección de educación y respeto del
señor Weasley hacia tío Vernon, pues Harry se despide mientras que su “familia”
no le dedica ni un triste adiós aunque sea con mala cara, siendo el propio Arthur
quien le conmina a despedirse de su sobrino a quien no va a ver en un año.
Capítulo V Comida con los Weasley
Este episodio comienza con la
explicación de la súper lengua de Dudley. Resulta
que los gemelos se han dedicado a experimentar en su habitación con diferentes
tipos de dulces y juguetes de broma para su futura tienda, tenían hasta un
listado con una gran cantidad de clientes deseando liarla en Hogwarts, y lo
escribo en pasado porque Molly, su señora madre, se da cuenta a tiempo para
tirarlo todo. La verdad es que éste es
el tema más interesante del capítulo, ya que, además, es algo que todos, o
por lo menos una gran mayoría, hemos vivido o viviremos. Me explico. Molly es una madre, y como cualquier madre
que quiere a sus hijos busca lo mejor para ellos, entendiendo lo mejor como un
trabajo estable que les dé seguridad económica y, a poder ser, algo de
reconocimiento en el mundo mágico. Vamos, como los padres que quieren que sus
hijos se metan a funcionarios y se dejen de carreras de artes varias que “no
llevan a nada”. Hay una frase que resume
perfectamente su desasosiego:
“No sé qué va a ser de ellos, de
verdad que no lo sé. No tiene ninguna ambición, a menos que se considere
ambición dar tantos problemas como pueden.”
No es que crea que no pueden
hacer otra cosa, sino que le da rabia
que sus hijos sean tan inteligentes y solo se dediquen a “hacer el tonto”. Señora
Weasley, sus hijos son unos formidables emprendedores, listos, carismáticos y
que saben más de negocios de lo que usted cree. Pero es totalmente comprensible
que sufra por ellos, y más si no para de recibir notas por mal comportamiento y
encima sus calificaciones no son las esperadas. En fin, tampoco ayuda la presión al compararlos con lo demás
hermanos: Bill es banquero, Percy
trabaja en el ministerio, Charlie con dragones…, es decir, que los mayores ya
están “colocados” y ahora es su turno.
En cuanto a los demás, Percy está súper pesado con su trabajo y no
para de dar la murga y hacerse el importante a la menor oportunidad. Este
chico necesita vivir más, o sea, me parece estupendo que lo dé todo en el
trabajo, pero no es necesario que los demás se tengan que tragar sus aires de
superioridad, porque telita con cómo habla de los compis del curro… Lo que nos
lleva al nombramiento momentáneo de
Bertha Jorkins, empleada del Ministerio, que lleva un mes desaparecida
desde que se fuera a Albania de vacaciones. Recordad que es la pobre que matan
Voldemort y su séquito en el primer capítulo. Además de esto, Percy lleva todas las vacaciones hablando con
Arthur sobre un asunto secretísimo del Ministerio simplemente para que le
pregunten sus hermanos, aunque todavía no ha surtido efecto. ¿Qué será?
Lo último a destacar es la
conversación superflua de quidditch que tienen Charlie, Harry y Ron, en la que
hablan sobre los equipos que van a jugar y mencionan
al búlgaro Viktor Krum, uno de los mejores jugadores. De este chico sí que
me acuerdo por las pelis, me suena que le falta un hervor, ¿no?
En fin, poquita cosa más que
añadir, solo que estoy deseando que empiecen los Mundiales para adentrarnos de
una vez en el mundo mágico como tal.
Espero que os haya gustado =)
¡Leed mucho!^^
¡Hola!
ResponderEliminarAyy que recuerdos me trae esto :)