¡Buenaaaas!
Volvemos un lunes más con otro
capítulo comentado sobre Harry Potter y
el prisionero de Azkaban; y damos comienzo con el duro enfrentamiento entre
Ron y Hermione por el supuesto asesinato de Scabbers a manos de Crookshanks: capítulo XIII Gryffindor contra Ravenclaw.
Scabbers ha muerto
Ron está completamente seguro de que Crookshanks, el
gato de Hermione, es el único culpable de la desaparición de su rata, ya que hay que tener en cuenta algo muy
importante: sin cadáver no hay asesinato.
Pero más trascendental que la supuesta muerte de Scabbers, es la triste ruptura
entre Ron y Hermione… ¡después de todo lo que han pasado juntos! ¡Parece que
estemos ante el final de una gran amistad! Y, para desgracia de nuestra
empollona favorita, Harry está a favor
de la teoría de su mejor amigo. Menudo futuro se le presenta a la pobre. A
pesar de todo, hay que entender a Ron, era su mascota y la quería; y más allá
de esto, Hermione no siente, o parece no sentir, ningún tipo de remordimiento,
pues no le llega a pedir perdón (si bien es verdad que disculparse sería lo
mismo que admitir que su gato se lo ha comido. Sin duda, está en una situación
complicada). Vamos, que el cabreo del pelirrojo está justificado. Por cierto,
un diez a la insensibilidad de los gemelos: ¿en serio solo se les ocurre
decirle que se compre una nueva, que no era para tanto? A ver, ya sé que es
para restarle intensidad, pero que se desahogue tampoco es malo.
Quidditch:
Gryffindor contra Ravenclaw
Este partido es decisivo: si pierden serán eliminados. ¿Quién
habla de presión? Esperemos que este hecho y su nueva escoba “la saeta de
fuego” le ayuden a ganar, en vez de influirle de manera negativa, es decir,
todos los alumnos de Hogwarts admiran su súper escoba, no hay una igual, lo que
podría suponer una derrota aun más humillante para nuestro Potter: algo así
como “menudo pringado que no es capaz de capturar la snitch ni con una saeta de
fuego”.
Por suerte, Harry
la captura y ganan el partido. Hay esperanza.
Además, nos presentan a una nueva buscadora, Cho Chang. Una chica que parece haber
encandilado con su sonrisa a nuestro prota. Es interesante pensar que los dos
buscadores (Cedric y Cho) que Rowling nos presenta en este libro tendrán un
papel medianamente importante durante la saga.
“Ella le sonrió cuando los equipos se alinearon uno frente al otro,
detrás de sus capitanes, y Harry sintió una ligera sacudida en el estómago que
no creyó que tuviera nada que ver con los nervios.” (Primer encuentro entre
Harry y Cho)
Este partido me ha hecho recordar la primera vez que
leí sobre uno y lo lento que se me hizo en comparación con las pelis, también
es verdad que Rowling se centró más en descripciones, jugadores y reglas, lo
que por narices ralentiza la lectura. En fin, solo quería comentar lo
entretenido que me ha resultado éste, no sé si por la expectación de saber
quién ganaría o por la intriga de una nueva aparición de los dementores, puesto
que Harry todavía no controla del todo el hechizo que le enseñó Lupin: el expecto patronum.
Al final, sí que hacen su aparición estelar estos
bichejos, o eso parece hasta que Potter
lanza su patronus con fuerza y resulta que a quienes atolondra es a Malfoy y a
sus secuaces. Pero lo que me mata de esta escena es la diferencia entre
McGonagall y Snape. Veréis, después de hacer algo tan deshonesto y malvado, la
profesora solo les quita 50 puntos… ¿no
creéis que Snape les hubiera quitado esos 50 puntos por cabeza si se hubiera dado el caso contrario?
Pesadilla en la torre Gryffindor
Después de la gran victoria,
Gryffindor decide celebrarlo en su torre como es debido. Así que fiesta hasta
la una, o sea, la hora límite en la que aparece McGonagall con su bata y su
cara de pocos amigos para aconsejarles amablemente que se vayan a dormir
cagando leches. De este final de capítulo, lo más sonado es este notición: Ron ha visto a Sirius Black con un cuchillo
mientras todos duermen, puesto que lleva
colándose en la torre toda una semanita gracias a las contraseñas de
Neville, ese alumno torpe y desmemoriado que las tiene copiadas en un papel. De
todas maneras, si Black se ha molestado en escapar de Azkaban para derramar la
sangre de Potter, ¿por qué no le ha
matado aprovechando el factor sorpresa? Que no hablamos de unas horas, sino
de siete noches en las que nuestro protagonista estaba totalmente frito. Algo
falla ahí.
Espero que os haya gustado =)
¡Leed mucho!^^
Hola otra vez, Reich :-)
ResponderEliminarMe gusta ver que sigues con estas entradas. Me paso a ver tu post con los regalitos navideños ;-)
Holaaa
ResponderEliminarSoy nueva por tu blog :D
Me ha encantado la entrada y me encanta todo lo que tenga que ver Hp
Un besito