lunes, 4 de diciembre de 2017

"Proyecto Potter" y el prisionero de Azkaban: capítulo IX Un partido desastroso

¡Buenaaaas!
Después de colgar la saga durante dos años, que se dice pronto, retomo esta sección que tantas alegrías me ha dado. Así que continúo con esta pequeña odisea de mis opiniones sobre Potter y cía. Cada lunes una nueva entrega capítulo a capítulo. Por cierto, os recuerdo que mi compi Blade Thestral sí que sigue al día con sus entradas, precisamente va a empezar con el sexto libro la semana que viene, además de publicar otras cosillas del universo como traducciones de la web Pottermore, su merchandising y exposiciones recientes ;-) Entrad en Los textos de Potter para más información.

Ataque y enclaustramiento preventivo

En el capítulo anterior Rowling nos dejó con muy mal sabor de boca a causa del odioso ataque a la dama gorda, retrato guardián del hogar de Gryffindor. Sirius Black, aquel fugitivo que consiguió escapar de la impenetrable Azkaban parece ser el único culpable, lo que densa el ambiente hasta límites insospechados, pues este mago no tiene un buen historial y el hecho de librarse de los miles de dementores que pululan por la prisión y de haber entrado con toda la calma en Hogwarts cuando supuestamente es “el colegio más seguro de la Tierra”, pues, qué queréis que os diga, es comprensible que anden todos con los pantalones manchados y teorizando sin control sobre la visita del señor Black. Aunque de tanto desvarío, solo hay una cosa que veo realmente importante: Sirius visita la casita de Gryffindor en Halloween, único día en el que todos los alumnos –excepto Harry que está a salvo con Lupin- se encuentran fuera divirtiéndose en Hogsmeade.

Eso sí, me flipa cómo Harry elige el lugar ideal para enterarse de todas las conversaciones importantes. Veréis, después del ataque y con los alumnos ya en Hogwarts, Dumbledore decide que duerman en el Gran Comedor mientras los prefectos vigilan las puertas y algunos profesores hacen un barrido del terreno para asegurarse que Sirius no anda cerca. En un momento dado, Dumbledore regresa al Gran Comedor para escuchar las novedades de Percy y Snape, y, ¿a qué no sabéis quién está en su saco de dormir disimulando y enterándose de todo el percal? En fin…

A la mañana siguiente se despiertan con un nuevo cuadro guardián: Sir Cadogan es el elegido, es decir, el único con agallas para defender la entrada puesto que nadie quiere enfrentarse a lo que pueda avecinarse. Por desgracia, este señor tiene demasiado tiempo libre y se dedica a inventarse contraseñas complicadas y a retar a todo alumno que pase por su puerta.

Snape, ese gran profesor que todos querríamos tener

Antes de centrarnos en una clase realmente embarazosa, tengo que hacer una pequeña mención al hecho de que Harry ni siquiera pueda ir a entrenar sin un profesor que lo proteja y a otro aún más guay, se dice se comenta que hay un nuevo capitán/buscador en el equipo de Hufflepuff y su nombre no es otro que ¡Cedric Diggory, el Superman de Hogwarts!

Lo que viene a continuación es una clase incómoda con todas las letras que, por supuesto, lleva nuestro querido profesor Snape. Por lo visto, Lupin está enfermo y no tienen a otro que pueda, sepa y quiera dar la clase, así que Harry llega tarde a Defensa Contra las Artes Oscuras el mejor día:

 “-La clase ha comenzado hace diez minutos, Potter. Así que creo que descontaremos a Gryffindor diez puntos. Siéntate.
Pero Harry no se movió.
-¿Dónde está el profesor Lupin? –preguntó.
-No se encuentra bien para dar clase hoy –dijo Snape con una sonrisa contrahecha-. Creo que te he dicho que te sientes.
Pero Harry permaneció donde estaba.
-¿Qué le ocurre?
A Snape le brillaron sus ojos negros.
-Nada que ponga en peligro su vida –dijo como si deseara lo contrario-. Cinco puntos menos para Gryffindor y si te tengo que volver a decir que te sientes serán cincuenta.”

Qué inicio más maravilloso, ¿no? Podemos observar una lucha de egos en toda regla, o sea, Harry sigue sin fiarse de Snape, si hasta se le pasó por la cabeza que la poción para Lupin del otro día estaba envenenada. Se podría decir que es una mezcla entre verdadera preocupación por su nuevo mentor y las ganitas que le tiene al señor de las pociones. Pero como esa mala leche es recíproca, Snape no se queda corto y aprovecha hasta el último aliento para liársela bien no solo a Potter sino a Gryffindor al completo:

 “-¿Quién de vosotros puede decirme cómo podemos distinguir entre el hombre lobo y el lobo auténtico?
Todos se quedaron en completo silencio. Todos excepto Hermione, cuya mano, como de costumbre, estaba levantada.
-¿Nadie? –preguntó Snape, sin prestar atención a Hermione. La sonrisa contrahecha había vuelto a su rostro-.
¿Es que el profesor Lupin no os ha enseñado ni siquiera la distinción básica entre…? […]
-Por favor, profesor –dijo Hermione, que seguía con la mano levantada-. El hombre lobo difiere del verdadero lobo en varios detalles: el hocico del hombre lobo…
-Es la segunda vez que habla sin que le corresponda, señorita Granger –dijo Snape con frialdad-. Cinco puntos menos para Gryffindor por ser una sabelotodo insufrible. […] Ron, que lo hacía por lo menos dos veces a la semana, dijo en voz alta:
-Usted nos ha hecho una pregunta y ella le ha respondido. ¿Por qué pregunta si no quiere que se le responda?

¿Dónde queda la profesionalidad? Me parece muy bien que sea de Slytherin y vaya de verde por la vida, pero sigue siendo un profe. Me dio una impotencia esta escena, y esa forma de tratar a Hermione, viva la autoridad competente…

Por cierto, ¿y los cincuenta puntos para Gryffindor por el gran zasca de Ron? Parece ser que en forma de castigo limpiando orinales sin magia, ¡vaya tela! De verdad que intento no ser muy juzgona porque hay muchísimos fans de Snape y se supone que tiene una vida complicada y demás, pero ¿cuándo leeré eso? De momento, como educador es un cero a la izquierda. Ah, se me olvidaba, muy bien visto el detalle de dar en clase a los hombres lobo, se puede pensar que ha ido al último tema por incordiar a los alumnos o, como siempre hace Rowling, porque hay algo oculto. En las acciones más simples es donde nos deja las pistas más tontas.

Gryffindor VS Hufflepuff / Potter VS Diggory

 “Los partidos de quidditch no se cancelaban por nimiedades como una tormenta.”

Cuatro y media de la mañana, todo el castillo durmiendo excepto Harry, pues Peeves no tiene otra cosa que hacer que despertarle unas cuantas horas antes del partido. Así que nada, Potter se prepara y se encamina hacia el campo dispuesto a darlo todo a pesar de la tremebunda tormenta. Es hora de ganar y, por suerte, tenemos a Hermione y su maravilloso hechizo para que nuestro protagonista pueda ver algo a través de las gafas.


Resumiendo: Potter cae de su Nimbus a una distancia de veinte metros en cuanto ve al Grim, mientras miles de dementores la lían en medio del terreno, y a lo lejos un raudo Cedric capturando la snitch dorada dándole la victoria a Hufflepuff. Harry en la enfermería rodeado de su equipo, Hermione y Ron, y Oliver Wood llorando en las duchas. Todo muy trágico.

¿Llegará el día en que tengamos un partido tranquilo?

De aquí destaco tres cositas: Cedric queda como un noble caballero que quiere dar como nulo el partido, Wood como un desalmado a quien solo le importa el quidditch y tenemos un misterio entre manos, pues antes de la caída y perder para siempre a su Nimbus, Harry escucha algo:

 “-A Harry no. A Harry no. A Harry no por favor.
-Apártate, estúpida… apártate…
-A Harry no. Te lo ruego, no. Cógeme a mí. Mátame a mí en su lugar…”



Espero que os haya gustado =)

¡Leed mucho!^^

5 comentarios:

  1. Me gusta mucho esta sección tuya como buena fan, pero la he leído por encima porque estoy releyendo los libros en el formato ilustrado y no quiero recordar nada de nada hasta llegar a ellos de nuevo XD
    Besos.

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  2. No sé si te he comentado más veces que yo no terminé la saga, me quedé en el tercero. Un besote :)

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  3. Hace un año que leí la saga pero para mí no fue nada destacable. No me marcó tanto como a otros, mi favorito fue el sexto :) un beso

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  4. ¡Bienvenida de vuelta! Me encanta el estilo de tus reseñas, te salen más naturales y divertidas que las mías.

    Por cierto, creo que eres un poco dura con Wood. Está bastante obsesionado con el quidditch, pero no es mal tío.

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  5. Esta sección me recuerda que algún día debería releer los libros de Harry Potter, si no todos, por lo menos los que más me gustaron.

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