domingo, 26 de noviembre de 2017

Lo que olvidamos de Paloma Díaz-Mas

“1) Siempre que me voy me exigen besos. La primera es Herminia, la mujer de los grandes ojos azules asustados; no me dice nada –casi no habla, y cuando lo hace, emite sólo unas pocas frases inconexas-, pero me agarra de la mano, la lleva a su mejilla suave y frágil, mejilla de mujer que tuvo un cutis de porcelana; roza un poco el dorso de mi mano contra esa piel arrugada y sin embargo suave al tacto y estampa un beso en mi palma abierta.”

Lo que olvidamos. Anagrama.




Título: Lo que olvidamos

Autora: Paloma Díaz-Mas

Fecha de publicación: 2016 (original en castellano)

ISBN: 9788433998217

Págs.: 163

Editorial: Anagrama





Sinopsis:

Con mirada atenta y sutil, con una emotividad desprovista de afectaciones, Paloma Díaz-Mas indaga en el cruce entre dos relatos, dos pasados, que persigue encarnados en objetos, historias, recuerdos. Ante la doliente constatación de la caducidad de la memoria, Lo que olvidamos exhibe su voluntad de restaurarla, de reevaluarla y restituirla, y lo hace con talento, energía y solidez, confirmando las entusiastas valoraciones de que ha sido objeto la trayectoria de la autora hasta ahora.

Opinión:

¡Bueeenas!
Hace dos meses, terminé Lo que olvidamos, última novela de Paloma Díaz-Mas, escritora increíble que conocí gracias a la asignatura de Cuento español, en la que me recomendaron su libro de relatos Nuestro Milenio (1987). Recuerdo que fue una de las lecturas que más me gustó y que volvería a encontrarme con esta autora, y así ha sido.

Lo que olvidamos es una novela dura que desgrana la enfermedad del Alzheimer desde sus inicios en los que un simple descuido abre un nuevo camino en la vida de la persona que lo padece. Nuestra protagonista, en este caso, es la hija que ve cómo su madre poco a poco va perdiendo sus recuerdos más recientes, a pesar de que físicamente esté como siempre, lo que hace aún más duro el hecho de asimilar que esa mujer que antes la reconocía sin problemas, ahora parece –a veces- vacía por dentro, o como si viviera en momentos muy concretos de su pasado.

“El asombro que nos paralizaba cada vez que la vida cotidiana, aparentemente normal,
 daba un quiebro inesperado hacia el absurdo, dejándonos inermes, incapaces de reaccionar.”

A su vez, tenemos una trama secundaria en la que Pedro, otro residente con Alzheimer, será la clave para redescubrir una transición española ya en el olvido. Es decir, nos encontramos con dos líneas temporales dentro de dos tramas en la misma historia: la principal que nos habla de la desmemoria individual y una segunda centrada en la desmemoria colectiva histórica.

Por lo tanto, viajaremos entre el presente y el pasado descubriendo cómo son y eran Elisa –la madre- y Pedro, mientras nuestra protagonista nos muestra el sufrimiento y la impotencia que vive cada vez que visita a su madre. Díaz-Mas desarrolla la historia con un estilo directo, sencillo y sin remilgos, todo ello en primera persona lo que le da un toque más intimista y cercano, algo muy necesario en una historia como ésta.

En conclusión, es un libro que recomendaría si os llaman la atención estos temas sobre la desmemoria y las relaciones madre e hija que nunca son fáciles. Lo que sí es verdad es que la trama sobre Pedro me ha resultado incompleta, me hubiera gustado que ahondara más en él, aunque el hecho de incluirla me ha parecido un acierto pues le da más vida a la narración, es decir, la búsqueda del misterioso pasado de Pedro alivia la tensión dramática que vive la protagonista.

¿Lo habéis leído? ¿Qué os parece?

Sobre la autora:

Nació en Madrid en 1954, donde se doctoró en Filología y se licenció en Periodismo.
Inició su carrera como escritora de ficción a los diecinueve años con un libro de biografías ficticias: Biografías de genios, traidores, sabios y suicidas. Diez años después escribió la obra de teatro, La informante, con la que obtuvo el Premio Teatro Breve Rojas Zorrilla 1983, y ese mismo año vio publicada su primera novela, El rapto del Santo Grial, un libro al más puro estilo del género de caballerías protagonizado por el rey Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda. Con esta obra quedó finalista del Premio Herralde, de la editorial Anagrama. Tras las huellas de Artorius, le reportó el Premio Cáceres de Novela Corta en 1984. Continuó su pasión por la reescritura histórica con el libro de relatos Nuestro milenio, finalista del Premio Nacional de Narrativa 1987 y la novela El sueño de Venecia, con la que obtuvo el X Premio Herralde de 1992. En el 2000 recibió el Premio Euskadi de narrativa en español por La tierra fértil.
No solo reescribe historias ajenas en su narrativa, en 1992 publicó Una ciudad llamada Eugenio, relatando su estancia en los Estados Unidos, en la ciudad de Eugene, y en Como un libro cerrado recrea una suerte de memorias. Ya en 2014, basándose en sus experiencias personales con los gatos, analizó nuestra relación con los gatos en Lo que aprendemos de los gatos.
Su carrera académica la llevó a ser catedrática de literatura española y sefardí en la Universidad del País Vasco durante varios años; actualmente es investigadora del Instituto de la Lengua Española del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su ámbito de estudio está centrado en la literatura medieval, hispanojudía y sefardí; así publica en 1986 Los sefardíes: Historia, lengua, cultura, ensayo merecedor de un puesto finalista en el Premio Nacional de Ensayo.

Obra:
Biografías de genios, traidores, sabios y suicidas (1973)
La informante (1983)
El rapto del Santo Grial (1984)
Tras las huellas de Artorius (1985)
Los sefardíes: historia, lengua, cultura (1986)
Nuestro milenio (1987)
La discreta pecadora o ejemplo de doncellas recogidas (1988) Relato
Una ciudad llamada Eugenio (1992)
El sueño de Venecia (1992)
La niña sin alas (1996) Relato
La tierra fértil (1999)
La construcción de una escritora (2003) Ensayo
Como un libro cerrado (2005)
La visita del Comendador (2008) Relato
Los mayores exhaustos (2009)
Lo que aprendemos de los gatos (2014)
Lo que olvidamos (2016)

Puntuación 4/5

Las personas importantes nunca se olvidan.

3 comentarios:

  1. Mmm, no sé, no estoy yo ahora para libros tristes. Casi me decantaría más por algún libro de relatos de la autora, pues las antologías me pueden.

    Un beso ;)

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  2. De momento no me llama, he quedado saturada de madres e hijas por unos meses
    besos

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  3. Me parece muy interesante como utiliza el tema del alzheimer la novela, pero ya te digo que para mi su lectura sería especialmente dura, porque esta enfermedad me toca de cerca y ni siquiera fui capaz de disfrutar el cómic "Arrugas" de Paco Roca y eso que lo retrata con un sentimentalismo digno de Antonio Mercero.

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