¡Bueeenas!
Como ya sabéis, he fallado al “Proyecto Potter” estas dos últimas semanas, por
lo que Los textos de Potter no publicará el capítulo V hoy para que me
pueda poner al día, es decir, este lunes
28 comentaré los capítulos III y IV y la semana que viene ambos continuaremos
con el quinto.
Capítulo III El autobús noctámbulo
Después del problemilla con su
tía Marge, Harry escapa de Privet Drive hasta llegar a un oscuro callejón. Por
desgracia, éste no será su único problema pues, además de sentirse angustiado
por el hecho de haber hinchado a su tía con magia siendo menor, cree que algo o
alguien lo vigila, pero antes de poder cerciorarse de que ese “algo” es realmente
un perro negro aparece ante él un auto muy peculiar: el autobús noctámbulo (solo para magos, claro).
A pesar de la desconfianza que le
genera el autobús, de ahí que se haga llamar Neville Longbotton, sube y
aprovecha el viaje para darle vueltas al castigo horroroso que le toca por usar
magia fuera de Hogwarts. El pobre cree que va a acabar en Azkaban… ¡qué
penilla!
Durante el trayecto, Harry
descubre que la portada de El Profeta
la ocupa el mismo delincuente del telediario muggle, Sirius Black,
quien, si hacemos memoria, se llama igual que el “viejo amigo” que le prestó la
moto a Hagrid en La piedra filosofal,
¿serán la misma persona?
Harry, al fin, llega al Caldero
Chorreante, donde se encuentra con Fudge, del Ministerio de Magia, quien ha
solucionado todos sus problemas, es decir, ha deshinchado a su tía Marge, le ha
alquilado una habitación en el Caldero y encima no le echa ni el más mínimo
sermón sobre los cuidados mágicos fuera del colegio, ¿qué está pasando? ¿cómo es posible que el propio ministro no imponga
ninguno de sus tan importantes valores y leyes? Además, está muy raro y nervioso,
¿tan turbio es el asunto de Sirius
Black? Bueno, no es poca cosa el haber matado a doce personas de un solo
hechizo y escapar de Azkaban, la prisión más segura del mundo. En fin, si éste va a ser nuestro villano,
¡suerte, Harry! la vas a necesitar.
Capítulo IV El Caldero Chorreante
Harry lleva días viviendo en el
Caldero Chorreante a expensas de que empiece el nuevo año escolar, por lo que
se dedica a visitar día sí y día también todos los recovecos del callejón
Diagon, eso sí, volviendo a su habitación antes del anochecer, como bien le
prometió al preocupado Fudge.
Y es en una de estas visitas en
la que encuentra a su amor platónico, La
Saeta de Fuego, la nueva escoba voladora más potente del mercado, y de la
que prefiere no saber su precio para no llorar por dentro. La verdad es que me
sorprendió mucho la actitud de Harry porque, vamos a ver, estamos hablando de
un chico de trece años con cantidades ingentes de oro y con una pasión
exacerbada por el quidditch, ¿no sería
más lógico que cayera y se la comprara? ¿en el fondo le ha venido bien vivir con
tanta austeridad todos estos años? ¿los Dursley han sido capaces de enseñarle,
después de todo, algo a Harry?
Además de visitar una y mil veces
el escaparate con la magnífica Saeta de Fuego, Harry descubre otra cosita que
no da tan buen rollo, un libro sobre augurios
de muerte con una portada muy siniestra: el mismo perro que vio al escapar
de los Dursley. No pinta nada bien…
Por suerte, no da tiempo a que
llegue el aburrimiento pues Ron y Hermione son más rápidos. Los tres juntitos
se deciden por la tienda de animales para hacerse con una lechuza para Hermione
y alguna pócima que pueda ayudar a la rata de Ron, ya que el viaje a Egipto no
la ha sentado nada bien. Al final Granger se hace con un gato color canela de
los que tienen la cara aplastada, y
vosotros, ¿qué hubierais preferido, una lechuza o un gato? Yo lo tengo
claro, como muggle un gato, sin
ninguna duda, pero como bruja una lechuza me parece mucho más práctica. Por
cierto, es interesante cómo Rowling se centra más de lo normal en describir a
Scabbers, ahora sabemos que además de vieja le falta un dedo.
Peeeero, lo verdaderamente clave
y principal de ambos capítulos viene ahora, en la última escena en la que Harry
escucha de casualidad una conversación muy jugosa entre los padres de Ron. Por
lo visto, todos están súper pendientes
de Potter porque creen que Sirius Black va tras él, y, claro, una persona
capaz de matar a sangre fría, ser la mano derecha de Voldemort y escapar de
Azkaban, es digno de temer. Vamos, que ya
tenemos villano.
Espero que os haya
gustado =)
¡Leed mucho!^^
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