Instrumental, de James Rhodes

“La música clásica me la pone dura. Ya sé que para algunas personas ésta no será una frase muy prometedora. Pero si quitáis la palabra «clásica», a lo mejor ya no está tan mal. Puede incluso que entonces pase a ser comprensible. Porque entonces, gracias a la palabra «música», tendremos algo universal, algo emocionante, algo intangible e inmortal.”

Instrumental. Blackie Books

Título: Instrumental (Instrumental. A Memoir of Madness, Medication and Music)

Autor: James Rhodes

Fecha de publicación: 2014 (original en inglés)

Traducción: Ismael Attrache

ISBN: 9788416290437

Págs.: 279

Editorial: Blackie Books

Sinopsis:

Me violaron a los seis años.
Me internaron en un psiquiátrico.
Fui drogadicto y alcohólico.
Me intenté suicidar cinco veces.
Perdí la custodia de mi hijo.

Pero no voy a hablar de eso.
Voy a hablar de música.
Porque Bach me salvó la vida.
Y yo amo la vida.

Opinión:

¡Buenaaaas!

Hoy os traigo una recomendación que descubrí a través de un canal de booktube que sigo desde hace años: Los libros de María Antonieta. ¿Os suena? La verdad es que coincidimos en gustos, y me ha descubierto más de una lectura interesante, así que nunca está de más dar un poquito de publicidad a un contenido como el suyo. En este caso, consiguió convencerme con una autobiografía titulada Instrumental, del famoso pianista James Rhodes.

Por cierto, antes de empezar a leer, os aconsejo que le deis al play y os dejéis llevar. Tema escogido para el capítulo 9:

Tenemos entre manos la historia de un hombre con un pasado difícil. La verdad es que este adjetivo se queda corto, porque, vamos a ver, puedes vivir penalidades, obviamente todos las sufrimos a lo largo de nuestra existencia en mayor o menor medida, y todos las asumimos de una forma completamente propia. Lo que quiero decir es que Rhodes se desnuda ante nosotros, los lectores. Luego, nos explicará cómo ha llegado hasta el punto de ser un reconocido pianista y nos insistirá en que su bote salvavidas no ha sido otro que la música.

“La mejor parte de mí ni siquiera quiere que leáis esta libro. Aspira al anonimato, a la soledad, a la humildad, al espacio privado y a la intimidad. Pero esa parte mejor constituye una fracción minúscula del todo,  y el voto de la mayoría dice que lo compréis, lo leáis, reaccionéis a él, habléis de él, me queráis, me perdonéis, y consigáis algo especial gracias a él.”

Con lo de las penalidades de antes quería decir que una persona puede sufrir los traumas típicos de la edad en el sentido generalizado (rebeldía de la adolescencia, qué quiero estudiar, qué quiero ser de mayor, muerte de un ser querido…), pero también ir a otro nivel como el de nuestro querido autor, pues sufrió abusos sexuales cuando era un crío, lo que desencadenó en una serie de problemas psicológicos bestiales que lo llevaron entre otras al alcoholismo y lo que, a su vez, le hizo sabotearse en más ocasiones de las que a cualquiera le hubiera gustado admitir.

“Qué espantoso es tener una pasión que dicta cada segundo de tu vida y carecer de la valentía moral para desarrollarla.

La segunda cosa que quería comentar es que descubrí el alcohol. Ya me había emborrachado antes (el profesor de gimnasia y otros habían recurrido a él a veces para ablandarme), pero nunca lo había elegido, no lo había comprado, no lo había consumido por voluntad propia.”

Así que de eso va este libro. Un hombre que se hundió en la miseria y resurgió de sus cenizas a través de la música, sobre todo, de Bach. Una auténtica oda y defensa de la música (principalmente de la clásica, pues aboga por difundirla de otra manera, sin caer en elitismos), de las ganas de vivir y de disfrutar de las pequeñas cosas que nos rodean, pero sin dejarse llevar por sentimentalismos a lo “libro de autoayuda”. Rhodes se abre en canal por nosotros, o puede que por liberar sus demonios, solo él lo sabe. Lo que está claro es que merece la pena: directo, profundo y sincero, tan sincero que sorprende. Ya os digo que no se corta un pelo, aunque sin necesidad de  recrearse.

“Hace mucho la cantidad superó a la calidad. Por lo visto, tener más de todo es lo mejor. Y menudo precio estamos pagando por ello. Por cada grupo de rock, banda sonora cinematográfica o compositor contemporáneo verdaderamente emocionantes, hay miles de montones de mierda que nos obligan a tragarnos en cuanto nos descuidamos. La industria del sector nos trata con casi nada de respeto y aún menos confianza. El éxito, más que ganarse, se compra, se paga, se degrada, y se nos obliga a consumirlo de forma manipuladora y tramposa.”

Por cierto, la biografía está dividida en veinte capítulos, cada uno de ellos dedicado a una obra musical clásica entre las que destacan nombres tan populares como Mozart, Chopin, Beethoven o Schubert. En cuanto a su estilo, Rhodes se muestra como un amigo que te cuenta una historia, sin florituras, con lo que tenemos un texto dinámico y sencillo de seguir, a pesar de las crudezas que nos relata.

En conclusión, creo que si os gustan las biografías, la música o las historias de superación personal con problemas jodidos de por medio ésta puede ser una gran opción como futura lectura.

“Aquí hay un narcisismo y una lástima por mí mismo de manual. Ahora lo percibo. Sin embargo, cuando estás metido en ello, cuando sientes que te ahogas en esa mierda y todo parece de lo más real, no ves las cosas con perspectiva. En la depresión, el trauma, el estrés postraumático, como queráis llamarlo, no queda espacio para la realidad. Mi mundo se había desmoronado y solo cabíamos yo, mis delirios y mi ego.”

P.D. El día que empecé este libro era fin de semana, o sea, que tenía la tarde entera para leer, e ilusa de mí, lo dejé abierto en mi almohada mientras me iba a por una botella de agua. ¿Sabéis qué me encontré al volver? Un libro recién comprado con un vómito de gata (¡maldita sea su estampa!) en la primera página, y sí, caló en la siguiente…

Sobre el autor:

Nació en Londres en 1975. Para entender su vida, es tan importante saber que trabajó en un Burger King o como hombre de negocios en la City londinense como que ahora es uno de los principales renovadores de la (así llamada) música clásica. Su cruzada para acercar los más célebres (y atormentados) compositores a todo tipo de oyente dirige todas sus acciones: conciertos tanto en teatros de relumbrón como en salas del circuito de pop, acuerdos con discográficos como Warner pero también con su propio sello (Instrumental), artículos (tan polémicos como empáticos) para cabeceras como The Telegraph y The Guardian, documentales como Notes from the inside, de Channel 4, donde conversó (y tocó para) pacientes con problemas mentales. Rhodes sigue ahora queriendo llevar una vida tranquila, aunque reconoce (con sorna) que es más fácil que acabe acostándose con Rihanna. Conserva a su mejor amigo, Matthew, aunque en todo el proceso judicial para poder publicar Instrumental, que su ex mujer intentó prohibir, lo han ayudado amistades como Benedict Cumberbatch o Stephen Fry. Es una celebridad en el mundo anglosajón, aunque tiene claras sus prioridades: los cigarrillos Marlboro, la Chacona de Bach y el amor por los suyos.

Bibliografía:

Instrumental (2014)
Toca el piano: interpreta a Bach en seis semanas (2016)
Fugas o la ansiedad de sentirse vivo (2017)

Página oficial

Twitter @JRhodesPianist

¿Lo habéis leído? ¿Lo conocíais? ¿Os gusta la música clásica?

Puntuación 4/5