"Proyecto Potter" y la cámara secreta: ¡Bienvenido a Weasleyland!

¡Bueeeenas!

Ya os avisé el jueves pasado de que esta semana el Proyecto Potter sería programado por eso de que andaría en la playita desconectada del mundo blogger. Y pensar que mientras esto se publica debo estar camino de Madrid… joé! En fin, tampoco es que sea muy relevante para el post, así que, ¡vamos a por el tercer capítulo de La cámara secreta: La madriguera!

Ron junto con sus hermanos gemelos, Fred y George, salvan a Harry del “secuestro” de los Dursley en el coche volador de su padre. La señora Weasley, Molly para los amigos, les echa la bronca del siglo y, como es buena persona, les sirve el desayuno. Además, Harry asistirá en directo a una desgnomización y conocerá a Arthur, el padre de Ron, y a Ginny, su fan secreta y hermana pequeña Weasley.

Lo primero que me ha llamado la atención es que Rowling le empieza a dar más protagonismo a Ron y, por ende, a su familia, ya que, poco a poco, comenzamos a descubrir más sobre ellos; su casa, su manera de ser, el trabajo y aficiones de Arthur (padre). Esto es lo que más echaba en falta en La piedra filosofal, el toque zanahorio.

Pero, antes de hablaros sobre los Weasley, hay una familia que no acabo de pillar del todo, y esos son los Dursley. Me explico.

Se supone que ante todo, tío Vernon y tía Petunia desean ser y parecer normales, por lo que sienten un gran recelo hacia el “anormal” Harry. Entonces, ¿Por qué esa obsesión por mantenerle encerrado pudiendo olvidarse de su cara durante un curso completo? Ya no tendrían que estar pendientes de él todo el tiempo, sería lo más fácil; y ahí es donde pienso, si prefieren tenerlo secuestrado en casa puede ser por dos motivos (que yo vea, vaya):

• Petunia es tan sumamente egoísta y celosa que prefiere disfrutar del momento y ver cómo Harry se queda sin Hogwarts al igual que ella.

• Pretenden que no tenga ningún tipo de estudio o salida mágica/profesional para que, cuando sea mayor de edad, le echen y se tenga que valer por sí mismo sin nada a lo que agarrarse, visto que ellos no conocen todo el dineral que sus padres le han dejado en Gringotts.

De todas maneras, si Dumbledore ya les mandó mil y una cartas, bueno, y hasta a Hagrid al faro en mitad de la noche, ¿acaso piensan que no iba a hacer lo mismo por Potter esta vez?

No sé, el plan de Vernon no tiene mucho sentido, aunque, claro, este hombre lleva desquiciado desde el primer libro…

En fin, volviendo a la familia que de verdad importa, los Weasley, debo comentar varias cosillas:

• Me parece floja la excusa que Rowling da a través de los gemelos, es decir, de noche y nublado, suficiente para que nadie vea un coche volador que se queda flotando durante un buen rato frente a una ventana en Privet Drive… ejem. (Vaaaaale, ya sé que es ficción…).

• Los Weasley son geniales, por lo menos, Fred, George y Ron, ya que son capaces de saltarse las normas e ir a buscar a Harry en plena noche porque se huelen que algo malo le ha sucedido. Esto no lo haría cualquiera, ¿eh? Hermione, en sus tiempos mozos, ni loca.

• Además, la autora nos muestra la humildad e ingenio de esta familia, visto que, normalmente, un mago de buena posición nunca haría uso de un objeto muggle a propósito o se aprendería sus lentos trucos teniendo el poder de la magia; en cambio, los Weasley no dudan en recurrir a estas habilidades muggles si es necesario o sentir curiosidad por sus artefactos –veáse el señor Arthur Weasley-. Es ahí donde se ve qué clase de personas son. La apariencia no lo es todo en esta vida.

• Molly, la madre de Ron, me ha hecho muchísima gracia, ya que la conocemos en todo su esplendor en pleno enfado con su consiguiente chapa para sus hijos y es… ¡una madre! O sea, ¿no os recordó ni un poquito a la vuestra? Rowling ha captado la esencia de madre cabreada perfectamente jejeje

Siniestro es un rato...

Aparte de estas dos familias, tenemos un misterio en ciernes: ¿Se puede confiar en Dobby? ¿Quién le ha mandado? ¿Realmente alguien quiere deshacerse de Harry o, por el contrario, es una broma de mal gusto para que no aparezca por Hogwarts? ¡Ay, lectores queridos! Se masca la tragedia. Y todo apunta en la dirección de Lucius Malfoy, padre de Draco y antiguo secuaz de Quién-tú-ya-sabes. La cuestión es: ¿Será Lucius un ser tan despreciable como para continuar enredado en las fechorías de nuestro villano por excelencia, Voldemort?

Y, por último, solo me queda rescatar algunos de los personajes que se nombran muy por encima, como si no tuvieran mayor relevancia, entre los que se encuentra Gilderoy Lockhart, autor de libros como Guía de las plagas en el hogar, quién será el nuevo profe de Defensa contra las Artes Oscuras, aunque ellos –Harry y cía- aún no lo saben. Y Mundungus Fletcher, raterillo leal a Dumbledore, de quien solo podemos saber que una vez le lanzó un maleficio a Arthur Weasley por la espalda en plena redada, no volveremos a leer sobre él hasta El cáliz de fuego (cuarto libro).

PD. Muy graciosa la forma de explicar el arte innato que tienen las llaves para desaparecer ante nuestra narices. ¡Qué merman por un encantamiento! ¡Vaya tela!

¡Espero que os haya gustado! =)

¡Leed mucho!^^