¡Buenaaaas!
Ayer no pude colgar el post sobre
el Proyecto Potter por falta de tiempo. Veréis, es que fue mi cumple (ya van 23)
y estuve en casa de mis abuelos, así que cuando me quise poner a ello se me había
echado el tiempo encima, aun así, lo prometido es deuda y he aquí el comentario
del Capítulo IX.
Eso sí, antes de comenzar, os
recuerdo que estas entradas las publicamos a la par tres blogs amigos: Los textos de Potter, Frikilóloga y La biblioteca de Rachel.
¡Ah! Os aviso que en breves haré
una entrada para enseñaros mis regalos ya que, básicamente, han caído libros y
cómics.
En este capítulo, El duelo a medianoche, Harry se nos
rebela del todo, es decir, ha dejado muy atrás esos momentos en los que Dudley
abusaba de él para dar paso a un protector de los indefensos, el valiente que
todo el mundo quiere cerca, excepto los matones, claro. Harry no se achanta lo
más mínimo y defiende lo que él cree que es lo correcto, evidentemente, esto
tiene sus consecuencias y Potter acabará siendo el primer alumno de primero en
formar parte del equipo de Gryffindor para jugar al Quidditch (no es un mal
castigo ¿eh?). Además, descubrirán, gracias a los engaños de Draco y la gran
capacidad de observación de Hermione, que ese paquetito de la cámara 713 está
escondido bajo un gigantesco perro de tres cabezas en el pasillo prohibido de
Hogwarts.
Se pueden distinguir dos partes
bien diferenciadas: las clases de vuelo
con la señora Hooch y el “momento duelo” en los pasillos de Hogwarts a
medianoche.
-Mientras leía, lo primero que me
llamó la atención fue la comparación que
hace Harry entre su primo Dudley y Draco Malfoy. Da igual que el colegio
sea muggle o mágico, los matones de
patio han existido, existen y existirán siempre, solo que Draco es más
inteligente y prefiere no ensuciarse las manos a diferencia de Dudley, quien
debe hacer acopio de su fuerza para aparentar porque lo que se dice cerebro,
más bien poco.
-También aprenderemos más vocabulario
del mundo mágico como, por ejemplo, la Recordadora,
un objeto con forma esférica que se vuelve de color rojo si has olvidado algo.
La verdad es que me parece bastante inútil porque, ¿no os pasa que, a veces,
recordáis que tenéis que hacer algo pero no sabéis el qué? A mí me pasa más de
lo que me gustaría admitir. Con lo torpe y olvidadizo que es Neville no creo
que le sirva de mucho.
-Se nos
presenta la última clase que van a tener los de primer curso: las clases de vuelo de la Señora Hooch.
Una de las que más molan junto con Defensa de las Artes Oscuras, bueno, por lo
menos, son las que a mí más me gustarían, a pesar del penoso estado de las
escobas. Aunque lo verdaderamente importante de esta clase es lo que
significará para el futuro de Harry, ya que gracias a su intento por recuperar
la recordadora de Neville de las manos de Draco, la profesora McGonagall será
testigo del don de Potter con la escoba. Con lo que en vez de castigarle por
volar aprovechando la ausencia de Hooch, Minerva le servirá en bandeja ser el nuevo buscador del equipo de Gryffindor.
Cómo se nota que la jefa de la Casa Gryffindor es una grandísima fan del
Quidditch y está deseando darles una paliza a los de Slytherin. Después de todo
no es tan severa como nos la pintan ¿eh?
-Como curiosidad debo añadir una
cosilla que leí en Pottermore sobre las mascotas de los magos.
Resulta que en el folclore británico “los familiares” eran aquellos animales que
servían a las brujas como espías o mensajeros, es decir, que tenían un
propósito, servían a sus amos. En cambio, los animales del mundo de J. K.
Rowling son más bien mascotas normales y corrientes, a pesar de que las
lechuzas sí que sirvan de mensajeros, ya que se identificarían como palomas
mensajeras antes que como los “familiares” de las antiguas brujas. Entonces, ¿a
dónde quiero llegar? Pues que, por lo visto, la única mascota de todo Hogwarts que sí da la talla en el perfil de “familiar”
es la señora Norris, la gata de Argus Filch, quien es el único ser en todo
Hogwarts que no es mágico. ¿No os parece irónico?
-Y, para finalizar el capítulo,
solo me queda resaltar esas gotitas de misterio que la autora nos incluye en las últimas páginas para dejarnos con la
intriga y, así, asegurarse de que no aparquemos la lectura. Si en el
anterior episodio nos dejó con un Hagrid que ocultaba algo y nos relacionaba la
cámara 713 con Hogwarts, en éste ese paquetito tan valioso parece estar
protegido por un gran perro de tres cabezas. Vamos, que cada página que pasa, “eso”,
sea lo que sea, se vuelve más y más importante y, por lo tanto, enigmático.
P.D. Este tipo de entradas las escribo
el mismo día, por eso no pude publicarla ayer, lunes. Intentaré adelantar unas
cuantas esta semana para que no me pille el toro en la venidera época de
exámenes.
Espero que os haya gustado =)
¡Leed mucho!^^
Creo que leí en alguna parte que los gatos de los squibs como Filch son gatos normales cruzados con kneazles, unas criaturas mágicas parecidas a los gatos que son muy sensibles a las personas sospechosas y que tienen un gran sentido de la orientación. Explicaría muchas cosas.
ResponderEliminarPues sí que explicaría muchas cosas.
EliminarPor cierto, la gata que escogieron para la peli es preciosa^^
Hola!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta sección.
Aprovecho para decirte que te hemos nominado al Book-Tag Control Remoto en el blog.
Un saludo desde Voz de los Libros.
Me alegra que te guste^^
EliminarAhora me paso a ver el book-tag, ¡gracias por nominarme!
Hola!!
ResponderEliminarEsta sección es genial, y lo digo como buena fan de Harry Potter!!
Seguiré leyendoos :3
Besos!!
¡Genial! Pues nosotros seguiremos publicando XD
Eliminar¡Gracias por leernos!
Hola!
ResponderEliminarEs una sección que me encanta, es genial que comenteis uno a uno todos los capitulos.
Un beso :)
Te espero en los próximos posts =)
Eliminarmadre mía, estas desgranando poco apoco todo HP... Me encanta jejeje
ResponderEliminarMuy buen trabajo
Mil besos^^
Gracias. Es genial que el Proyecto guste^^
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