¡Buenaaas!
Ya estamos a lunes, o lo que es
lo mismo, a un nuevo capítulo comentado de Harry Potter. Y hoy nos toca el
tercero, Las cartas de nadie. Como siempre, os hago un breve resumen para poneros
en situación a la hora de los comentarios.
Estamos en verano y Harry intenta
escapar continuamente de Dudley y sus colegas/matones quienes están obsesionados
con darle caza. Mientras tanto, su tía Petunia se dedica a preparar los uniformes
del nuevo curso escolar en el que, por suerte, Harry no tendrá que vérselas con
Dudley nunca más ya que irán a colegios distintos. Todo marcha hasta que un día
reciben una carta para Potter, sí, has leído bien, Potter, ese bicho raro sin
amigos que no recibe ni avisos de la biblioteca. Tío Vernon se desquicia
rápidamente por este suceso y acaba llevándoles a una cabaña en el culo del
mundo, por eso de que no paran de enviar más y más cartas.
En este capítulo, como es lógico,
lo más importante es el envío de la carta del gran Colegio de magia y hechicería
Hogwarts (ese del que todavía seguimos esperando la invitación…) debido a que
en breves Harry cumplirá once años, los necesarios para asistir. Si os soy
sincera no es un capítulo que me llame mucho la atención, me resulta algo flojo
ya que asistimos a la desesperación del tío Vernon, sin más. Exceptuando las
primeras páginas donde se ve un poco más de chicha por todo lo que se cuenta
sobre lo que le espera a Harry en septiembre. Es decir, éste es un capítulo de transición
en el que pasamos de la vida ordinaria de los muggles al maravilloso mundo que
le espera a Harry al otro lado del andén 9 ¾.
Así que, obviando el hecho de la
carta y del final misterioso con esa figura que parece llamar a la puerta de la
cabaña mientras los Dursley y Harry intentan dormir, tengo solo dos cosillas que comentar:
-La maldad intrínseca de Petunia
quien es capaz de ponerse a teñir trajes usados antes que comprar un uniforme. Y,
digo yo, ¿no sería más fácil aprovechar las compras de Dudley para hacerse con
el uniforme de Harry? Es mucho menos engorroso que teñir trapos
viejos, si hasta el olor es desagradable. En fin, otro punto para la petarda
sin corazón. Todo sea por estropearle el curso a su querido sobrino.
-Al principio del capítulo, J. K.
Rowling nos describe el uniforme de Dudley justo después de contarnos cómo él y
su séquito se dedican a cazar a Harry. El uniforme es un traje con sombrero y
bastón. ¿No os recuerda a Alex y sus drugos de La naranja mecánica? Parece una especie de parodia/guiño al
libro. Teniendo en cuenta la de bastonazos que reciben los de su alrededor... ¡hasta tío Vernon! Violencia absoluta.
¡Ah! Bueno, no he mencionado el
cambio de dormitorio de Harry, quien finalmente se muda de la alacena a la
habitación que tiene Dudley para sus miles de regalos (todos rotos). Es
increíble que necesite dos habitaciones para todos sus trastos, aunque más
increíble es que los destroce en contados meses y sus padres no le digan ni
media. Eso sí, a Harry por su cumple una percha y un par de calcetines usados…
¡vaya tela!
Ya que estamos con este capítulo os voy a contar una anécdota de mi infancia.
Cuando tenía doce o trece años y compartía habitación con mi hermano pequeño, dormíamos en una litera, él abajo y yo arriba. Por las noches le convencía de que me iba a Hogwarts ya que supuestamente en mi cama había una puerta que podía transportarme pero, claro, nuestros padres no podían enterarse porque eran muggles. Así que, todas las noches, me escondía en una esquina tapada con las mantas y los peluches y esperaba pacientemente sin hacer ruido hasta que se dormía. Alguna vez subió para buscarme y cerciorarse de que mentía pero, no, nunca llegó a encontrarme. Además, por las mañanas le contaba mis aventuras para que todo quedara lo más "realista" posible. La verdad es que no sé qué hacía con mi vida para taparme tan bien jeje
En fin, conseguí que creyera en la magia durante unos añitos.
Ya que estamos con este capítulo os voy a contar una anécdota de mi infancia.
Cuando tenía doce o trece años y compartía habitación con mi hermano pequeño, dormíamos en una litera, él abajo y yo arriba. Por las noches le convencía de que me iba a Hogwarts ya que supuestamente en mi cama había una puerta que podía transportarme pero, claro, nuestros padres no podían enterarse porque eran muggles. Así que, todas las noches, me escondía en una esquina tapada con las mantas y los peluches y esperaba pacientemente sin hacer ruido hasta que se dormía. Alguna vez subió para buscarme y cerciorarse de que mentía pero, no, nunca llegó a encontrarme. Además, por las mañanas le contaba mis aventuras para que todo quedara lo más "realista" posible. La verdad es que no sé qué hacía con mi vida para taparme tan bien jeje
En fin, conseguí que creyera en la magia durante unos añitos.
Y, por si os interesa, he aquí los enlaces de los otros dos blogs del "Proyecto Potter":
Frikilóloga
Los textos de Potter
Creo que no me dejo nada y si no, ya sabéis, a comentar =)
Frikilóloga
Los textos de Potter
Creo que no me dejo nada y si no, ya sabéis, a comentar =)
Querida Rachel, la idea de teñir ropa vieja para el uniforme de Harry es no gastar dineros :P No creo que se molestara tanto sólo para fastidiar a Harry.
ResponderEliminarA mí sí que me parece que es por fastidiar. Se supone que andan muy bien de dinero (solo hay que ver todo lo que gastan en Dudley) por lo que comprar un uniforme no creo que le suponga un gran coste pero, en cambio, teñir ropa usada y que huele como el demonio es mucho más trabajoso.
EliminarO puede que sea muy mal pensada jejej
Menuda interpretación, nunca se me hubiera ocurrido conectar con La Naranja Mecánica. Lo único en lo que pensaba con el uniforme es que molaría que Dudley hubiese llevado el bastón en todas sus apariciones. Hubiera dado mucho juego.
ResponderEliminarA veces se me va un poco la pinza con mis interpretaciones, pero es que al leerlo fue lo primero que me vino a la mente XD
Eliminar¡Gracias por pasarte!