¡Buenaaaas y feliz navidaaaaad!
Volvemos un lunes más con otro
capítulo comentado sobre Harry Potter y
el prisionero de Azkaban. Hoy tenemos entre manos el final de las
vacaciones de navidad seguido de la apasionante vuelta a la rutina: capítulo XII El patronus. Éste no me parece uno de los más
importantes, a pesar del entrenamiento de Harry para vencer de una vez por
todas a los dementores. Por lo que lo dividiré en dos partes: “Expecto patronum” y menciones varias.
Menciones varias
Si hacemos memoria, en el
capítulo anterior nos habían dejado a un Harry bastante enfadado con Hermione
por dejarle sin su nueva y portentosa “Saeta de fuego”. Es decir, que así seguirá
la cosa hasta que Potter recupere su escoba sana, salva y sin hechizos
asesinos.
En este apartado mencionaré brevemente
a Oliver Wood y a Hermione Granger:
Wood: ¿qué problema tiene en la cabeza? ¿Lo sabéis? Porque a
mí me deja alucinada… El señorito hace su aparición estelar al principio,
antes de comenzar los entrenamientos de quidditch, para hacerle saber a nuestro
protagonista que lo mejor sería prescindir de él, porque eso de desmayarse
ante un enjambre de dementores y perder -obviamente por culpa de Potter- no
está en sus planes. Total, que Harry le ve venir de lejos y antes de que lo
eche descaradamente, le promete que lo
tendrá todo resuelto ya que va a entrenar duro con Lupin para aprender
algún hechizo que pueda contrarrestar a estos oscuros seres. Wood se relaja y
como si nada, le cuenta que McGonagall es una borde de cuidado. Básicamente, la
profesora le echa en cara la ambición desmedida por ganar el próximo partido (y
todos los que vengan) aún a riesgo de quedarse sin un compañero, aunque sea por
el bien común del equipo.
Hermione nos deja tres incógnitas: ¿cómo es posible que acuda a todas las clases sin faltar una sola
hora teniendo asignaturas que
coinciden en el tiempo? ¿Qué sabe ella
de Lupin que no les cuenta a Harry y Ron? ¿Realmente su gato se ha comido a Scabbers o ahí ha pasado algo más?
Durante todo el capítulo vemos a
una atareadísima Hermione, hasta arriba de trabajos y rodeada de libros y
pergaminos. Ya sabemos que tiene más asignaturas que nadie, pero hay algo que
falla, pues Ron se da cuenta de que
tiene clases a la misma hora y sabe a ciencia cierta que no ha faltado a
ninguna, ¿cómo es eso posible? ¿Tendrá algo que ver McGonagall en todo
esto? Recordemos que al principio del libro hablaban entre ellas sobre los
estudios de nuestra Granger.
Además, hay un momento muy
concreto en el que Harry y Ron comentan
el mal aspecto de Lupin, quien no parece haberse recuperado del todo ni haber
asistido a la enfermería. Pero ahí está Hermione dejándonos caer que sabe algo, ya que hace una especie de
ruido y les deja en medio del pasillo con toda la intriga del mundo. Al fin y
al cabo, si alguno de los tres tiene que descubrir lo que esconde Lupin esa es Hermione,
no es nada nuevo que es la más inteligente y avispada.
Y para terminar con Granger, solo
me queda añadir que va a tener un
problema muy serio con Ron el próximo capítulo. Éste encuentra su sábana
ensangrentada y pelos de gato, pero sin su querida Scabbers, y ya conocemos los
gustos gastronómicos del felino de Hermione…
Expecto patronum
Harry le recuerda a Lupin su
promesa sobre aprender a defenderse de los dementores, y al final quedan una
tarde para practicar.
En resumen, el profesor le enseña
un hechizo de defensa llamado patronus, que consiste en crear una especie de
guardián de luz que se interpone entre el mago y el dementor. No es una magia fácil y menos para un niño
de trece años, por lo que Harry no lo conseguirá a la primera y tendrá que
asistir a varias sesiones. Es importante añadir que para conseguir este
patronus no solo tienes que decir las palabras mágicas –¡Expecto patronum!- sino pensar firmemente en un recuerdo alegre,
el más alegre que tengas. Así le pasa a Harry, que no atina con los primeros
pensamientos que le vienen a la cabeza: cuando vuela por primera vez, ganar la
Copa de las Casas y el día que se enteró que era un mago e iría a Hogwarts. El
último de estos tres recuerdos es el que más le ayuda, aunque todavía no es
capaz de dominar esta magia.
Cuestiones rápidas: Lupin utiliza
un boggart para practicar, el cual se vuelve a transformar en un gran círculo
plateado cuando éste se enfrenta a él para que deje a Harry. Remus conoció a Sirius y a James, su
padre. Descubrimos “El beso del dementor”,
algo así como el ataque final contra su víctima a quien deja sin alma.
Espero que os haya gustado =)
¡Leed mucho!^^
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