“NORA. Esconde bien el árbol, Elena. No deben
verlo los niños hasta esta noche, cuando esté arreglado. (Dirigiéndose al MOZO,
mientras saca el portamonedas.) ¿Cuánto es?”
Casa de muñecas. Andrés Bello |
Título: Casa de muñecas (Et dùkkehjem)
Autor: Henrik
Ibsen
Fecha de publicación: 1879 (original en noruego)
Traducción: E. A. B.
ISBN: 84-89691-92-4
Págs.: 127
Editorial: Andrés Bello
Sinopsis:
Nora,
la protagonista, aparentemente es feliz con su marido y sus hijos. Sin embargo,
un episodio sombrío se proyecta sobre su alegría: para salvar a su marido
enfermo, ella ha falsificado la firma de su padre con el fin de obtener un
préstamo… Poco a poco ha reducido la deuda, pero luego, víctima del chantaje,
Nora confía en un milagro…
Opinión:
¡Buenaaaas!
A
principios de verano, un día de calor sudoroso y mortal, me dio un antojo de
teatro; así que rebuscando por mi habitación me encontré esta pequeña joya de
la literatura universal, Casa de muñecas.
Una obra que, en su momento, supuso un escándalo muy sonado por temas que
trataré más adelante. Primero pongámonos en situación.
Henrik Ibsen fue un escritor noruego del siglo XIX que vivió exiliado
veintisiete años de su vida por voluntad propia, puesto que estaba harto del
conservadurismo de su país. Viajó por Europa e intentó vivir de sus obras, lo
que le generó verdaderos problemas económicos; aun así, no desistió y escribió
teatro hasta que su enfermedad se lo permitió. Ibsen era un pensador ateo y crítico con la sociedad que le rodeaba, y
esto se puede observar en el libro que hoy os traigo: Casa de muñecas, de 1879.
Así que
tenemos entre manos una breve pieza
teatral del siglo XIX, es decir, época en la que el matrimonio cohibía a la
mujer, quien no podía hacer “nada” sin el permiso de su padre y/o de su marido,
si ya había llegado a ese punto de su vida. Acciones tan normales -hoy en día en
Occidente- como sacar dinero del banco eran impensables para una mujer, que
debía pedir la autorización de su marido. Tampoco me voy a dedicar a enumerar
desigualdades, simplemente quiero que os metáis en materia conmigo.
Entonces,
imaginaos que vivís en esa época en la que solo hay un único modelo familiar muy tradicional (padre trabajador, madre ama
de casa e hijos) y que cualquier diferencia puede suponer confusión e
ignorancia, lo que puede llevar a miedo e incluso a odio. Pues bien, eso es lo
que plantea Ibsen en esta pieza: lo que
comienza como una familia “perfectamente normal” desemboca en una serie de
planteamientos por parte de nuestra protagonista, Nora, que le harán cambiar su
percepción de la realidad. Un guantazo en toda regla, vamos.
Nora es
una joven casada y con tres hijos, que lleva una vida ejemplar cuidando de su
casa y amando con todo su corazón a su familia, o sea, que haría cualquier cosa
por ellos… ¡ya tenemos el drama servido! Y, ¿por qué? Pues resulta que su queridísimo marido, Torvaldo, está enfermo y no tienen
suficiente dinero para las medicinas, así que Nora hace una pequeña trampa y lo
consigue. Obviamente, todo a escondidas (incluido Torvaldo) puesto que es
una ilegalidad como una casa, y eso les podría hacer perder su buen nombre.
Desde
ese momento que lo cambiará todo para ella, intenta arreglarlo como puede,
ahorrando sin que nadie se dé cuenta. Malviviendo cada día por el miedo a que
alguien pueda descubrirla, sobre todo su marido, a quien tiene en un pedestal.
Aunque
la mejor parte, para mi gusto, es el final donde Nora por fin saca todo lo que
lleva dentro (¡Brutal!) y deja de ser una muñequita. En fin, Ibsen nos muestra una sociedad marcada por
las apariencias como único objetivo vital.
¿Cómo no iba a traer cola este libro en 1879, verdad? Si hasta tuvo que
cambiar el final para el estreno en Alemania, y ya os digo que éste es la clave
del revuelo. Eso sin contar, el hecho de escribir sobre una mujer que no pretende seguir las directrices que marca la sociedad,
que quiere disfrutar y ser algo más que un objeto de decoración: primero de su
padre y luego de su marido (¡menudo personaje!).
Es una obra teatral bastante corta que os podéis leer en una tarde, y que plasma la sociedad burguesa desde la perspectiva de la mujer de una forma creíble. Y como la empatía es parte vital de cualquier buena lectura, lo he vivido con intensidad: me he cabreado, reído y agobiado junto a Nora en cada página. Definitivamente, me parece muy recomendable.
Sobre el autor:
Nace el
20 de marzo de 1828 en Skien, una ciudad costera en la que su padre posee una
destilería de aguardientes que quiebra cuando él tiene ocho años, así que se
trasladan a una granja a las afueras, hasta que en 1842 regresa para continuar
sus estudios en un colegio religioso de Skien. Durante esta etapa se declara
ateo. A los dieciséis años se muda a Grimstad para trabajar como ayudante de
farmacia. Comienza sus estudios de medicina y también a desarrollar su genio
literario. A los veinte años es un librepensador, entusiasmado con las insurrecciones
populares que estallan en toda Europa. En 1850 viaja a Cristianía (actual Oslo)
para estudiar viviendo de sus obras, lo que le hace pasar verdaderas penurias.
Noruega es por esa época un país regido políticamente por Suecia y culturalmente
por Dinamarca. En 1853 acepta el puesto de director y dramaturgo de un nuevo
teatro en la ciudad de Bergen, y cuatro años más tarde regresa a Cristianía
para dirigir otro teatro que en 1862 cierra por problemas económicos. Este
fracaso marca el comienzo de una nueva época en su vida. En 1864 viaja a Roma,
Italia. Al final vive exiliado durante veintisiete años entre Italia y
Alemania, principalmente. En 1891, con sesenta y tres años, regresa a Noruega,
y en 1895 decide vivir en Cristianía. En 1900 sufre el primero de una serie de
ataques de apoplejía, que afectarán su salud física y mental. Fallece a los
setenta y ocho años el 23 de mayo de 1906.
Obra:
Catilina (1848-1850)
La tumba del guerrero (1851)
La noche de San Juan (1852)
La señora Inger de Ostraat (1855)
La fiesta de Solhaug (1856)
Olaf Liliekrans (1857)
Los guerreros de Helgeland (1858)
La comedia del amor (1862)
Los pretendientes de la corona (1863)
Brand (1865)
Peer Gynt (1867; como poema dramático)
La unión de los jóvenes (1869)
Emperador y Galileo (1873)
Peer Gynt (1876; versión teatral)
Las columnas de la sociedad (1877)
Casa de muñecas (1879)
Espectros (1881)
Un enemigo del pueblo (1882)
El pato silvestre (1884)
La casa de Rosmer (1886)
La dama del mar (1888)
Hedda Gabler (1890)
El maestro constructor (1892)
El niño Eyolf (1894)
Juan Gabriel Borkman (1896)
Al despertar de nuestra muerte (1899)
La noche de San Juan (1852)
La señora Inger de Ostraat (1855)
La fiesta de Solhaug (1856)
Olaf Liliekrans (1857)
Los guerreros de Helgeland (1858)
La comedia del amor (1862)
Los pretendientes de la corona (1863)
Brand (1865)
Peer Gynt (1867; como poema dramático)
La unión de los jóvenes (1869)
Emperador y Galileo (1873)
Peer Gynt (1876; versión teatral)
Las columnas de la sociedad (1877)
Casa de muñecas (1879)
Espectros (1881)
Un enemigo del pueblo (1882)
El pato silvestre (1884)
La casa de Rosmer (1886)
La dama del mar (1888)
Hedda Gabler (1890)
El maestro constructor (1892)
El niño Eyolf (1894)
Juan Gabriel Borkman (1896)
Al despertar de nuestra muerte (1899)
De libro a película:
En
1917, Joe De Grasse dirige A Doll's House, con Lon Chaney y Dorothy Phillips.
En
1918, Maurice Tourneur dirige A Doll's House, con Elsie Ferguson y Holmes
Herbert.
En
1922, Charles Bryant dirige A Doll's House, con Alla Nazimova y Alan Hale.
En
1943, Ernesto Arancibia dirige Casa de muñecas, con Delia Garcés y Jorge
Rigaud.
En
1947, Kenji Mizoguchi dirige El amor de la actriz Sumako, que cuenta la
historia de una actriz que debe interpretar a Nora de Casa de muñecas.
En
1959, George Schaefer dirige A Doll's House, con Christopher Plummer y Julie
Harris.
En
1973, Joseph Losey dirige A Doll's House, con Jane Fonda y David Warner.
En
1973, Patrick Garland dirige Casa de muñecas, con Anthony Hopkins y Claire
Bloom.
En
1974, Rainer Werner Fassbinder dirige Nora Helmer, con Margit Carstensen y Joachim Hansen.
En
2002, José Manuel Armán dirige Casa de muñecas, con Amparo Larrañaga y Pedro
Mari Sánchez.
En
2005, Jonathan Wyche dirige Planet Ibsen, que cuenta la rivalidad entre Ibsen
y Strindberg, quien cree que está atrapado dentro de Hernik y para escapar debe
reescribir su obra Casa de muñecas.
¿La habéis leído? ¿La
tuvisteis como lectura obligatoria? ¿Qué sensaciones os transmiten sus personajes, sobre todo Nora?
Puntuación
4,5/5
Gracias por aportar tantos datos curiosos, esta historia no la conocía pero me gusta descubrir clásicos y si según dices se lee tan rápido ese es un punto extra.
ResponderEliminarBesos =)
Pues no la he leído y ya es hora de que le dé una oportunidad a este clásico.
ResponderEliminarBesotes!!!
No creo que este sea para mí, aunque a ti veo que te ha encantado. Me alegro.
ResponderEliminarUn beso, feliz finde ;)
Descubrí esta obra gracias al montaje de Estudio 1 protagonizado por la enorme Amparo Larrañaga y se convirtió en una de mis obras favoritas, luego vi la película protagonizada por Anthony Hopkins y más tarde pude verla sobre las tablas.
ResponderEliminarla evolución, o más bien aceptación de sí misma, que vive la protagonista de esta obra es impresionante, sobretodo cuando como espectador compruebas la represión a la que la mujer estaba sometida en esa época. Una obra que creo que hoy en día sigue siendo igual de necesaria.