jueves, 29 de octubre de 2015

Autores encadenados: Goethe

¡Bueeeenas!
Volvemos otro jueves más con la iniciativa “Autores encadenados” creada por el blog Chronicle & Cover, quienes en su última entrada escogieron a Stephen King, por lo que hoy me toca recomendar un escritor que empiece por G. La verdad es que ha sido más fácil de lo que me esperaba, puesto que Laura Gallego es de sobra conocida por la blogosfera me he decantado por Goethe, autor alemán del siglo XIX.



Johann Wolfgang von Goethe

(Frankfurt, 1749-Weimar, id., 1832) Nacido en el seno de una familia patricia burguesa, su padre se encargó personalmente de su educación. En 1765 inició los estudios de Derecho en Leipzig, aunque una enfermedad le obligó a regresar a Frankfurt. Una vez recuperado, se trasladó a Estrasburgo para proseguir sus estudios. Fue éste un período decisivo, ya que en él se produjo un cambio radical en su orientación poética. Frecuentó los círculos literarios y artísticos del “Sturm und Drang”, germen del primer Romanticismo y conoció a Herder, quien lo invitó a descubrir a Homero, Ossian, Shakespeare y la poesía popular. Fruto de estas influencias, abandonó definitivamente el estilo rococó de sus comienzos y escribió varias obras que iniciaban una nueva poética, entre ellas Canciones de Sesenheim, poesías líricas de tono sencillo y espontáneo, y Sobre la arquitectura alemana (1773), himno en prosa dedicado al arquitecto de la catedral de Estrasburgo, y que inaugura el culto al genio. En 1772 se trasladó a Wetzlar, sede del Tribunal Imperial, donde conoció a Charlotte Buff, prometida de su amigo Kestner, de la cual se prendó. Esta pasión frustrada inspiró su primera novela, Las desventuras del joven Werther, obra que causó furor en toda Europa y que constituyó la novela paradigmática del nuevo movimiento que estaba naciendo en Alemania, el Romanticismo. De vuelta en Frankfurt, escribió algunos dramas teatrales menores e inició la composición de su obra más ambiciosa, Fausto, en la que trabajaría hasta su muerte; en ella, la recreación del mito literario del pacto del sabio con el diablo sirve a una amplia alegoría de la humanidad, en la cual se refleja la transición del autor desde el Romanticismo hasta el personal clasicismo de su última etapa. En 1774, aún en Frankfurt, anunció su compromiso matrimonial con Lili Schönemann, aunque rompió el noviazgo dos años más tarde; tras aceptar el puesto de consejero del duque Carlos Augusto, se trasladó a Weimar, donde estableció definitivamente su residencia.
Museo Goethe situado en Düsseldorf, Alemania
Empezó entonces una brillante carrera política, al tiempo que se interesaba también por la investigación científica. La actividad política y su amistad con una dama de la corte, Charlotte von Stein, influyeron en una nueva evolución literaria que le llevó a escribir obras más clásicas y serenas, abandonando los postulados individualistas y románticos del “Sturm und Drang”. En esa época empezó a escribir Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1795), novela de formación que influiría notablemente en la literatura alemana posterior. En 1786 abandonó Weimar y la corte para realizar su sueño de juventud, viajar a Italia, el país donde mejor podía explorar su fascinación por el mundo clásico. De nuevo en Weimar, tras pasar dos años en Roma, siguió al duque en las batallas prusianas contra Francia, experiencia que recogió en Campaña de Francia (1822). Poco después, en 1794, entabló una fecunda amistad con Schiller, con años de rica colaboración entre ambos. Sus obligaciones con el duque cesaron, y se dedicó casi por entero a la literatura y a la redacción de obras científicas. La muerte de Schiller, en 1805, y una grave enfermedad, hicieron de Goethe un personaje cada vez más encerrado en sí mismo y atento únicamente a su obra. En 1806 se casó con Christiane Vulpius, con la que ya había tenido cinco hijos. En 1808 se publicó Fausto y un año más tarde apareció Las afinidades electivas, novela psicológica sobre la vida conyugal y que se dice inspirada por su amor a Minna Herzlieb. Movido por sus recuerdos, inició su obra más autobiográfica, Poesía y verdad (1811-1831), a la que dedicó los últimos años de su vida, junto con la segunda parte de Fausto.

¿Qué leer?

Goethe me enamoró el día que descubrí Las desventuras del joven Werther con diecisiete años, una muy buena edad para leer una historia epistolar tan intensa sobre amor no correspondido, ya sabéis, en plena edad del pavo. Además, había pasado de leer MDI y Crespúsculo a disfrutar de Madame Bovary y la poesía de Pedro Salinas, es decir, un cambio radical en mi vida lectora, y, claro, Werther no iba a ser menos. Este pobre enamorado me caló muy hondo, le sentí, empaticé con él y sufrí a la vez que tenía ganas de gritarle “¡despierta, está casada, no es para ti!” En fin, una maravilla que todavía me atrajo muchísimo más al enterarme de lo que había provocado en Alemania; por lo visto, en el momento de su publicación (1774), una buena cifra de lectores hipersensibles se suicidaron a raíz de esta novela. Vale, ya lo sé, soy una morbosa, pero me diréis que no es una razón –un tanto cuestionable- para querer leerlo. En fin, es una historia que rezuma sentimientos y con la que fácilmente podréis empatizar –digo yo que alguno habrá sentido el rechazo en sus propias carnes, y si no es así, felicidades porque no es algo agradable-, tierna, romántica hasta la médula y con un estilo embellecido por un vocabulario elevado y sentimental -¡Eh! estaba locamente enamorado, lo raro es que no se hubiera recreado en cada palabra de cada carta que enviaba a su amigo-. Así que, por un lado, os recomiendo esta obra indiscutible del Romanticismo alemán y, por otro, un poema titulado La novia de Corinto, aprovechando el tema Halloween ya que está protagonizado por un pobre muchacho ajeno al vampirismo de su amada. Os dejo el enlace aquí. También me gustaría recomendaros Fausto, su gran obra la cual le llevó una vida, pero pretendo reseñarla próximamente en el blog, así que, con hablaros de Las desventuras del joven Werther y nombraros este poema, me doy con un canto en los dientes ;-)

Philip Burne-Jones, El vampiro, 1897.


¡Nos vemos el próximo jueves 12 de noviembre con una nueva entrada de Autores encadenados!



12 comentarios:

  1. No he leído nada de Goethe, aunque sí conozco Fausto gracias a las diversas adaptaciones que ha sufrido.
    Me apunto Las desventuras del joven Werther, creo que me puede gustar mucho.

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  2. No he leído nada de Goethe, pero por supuesto lo tengo en pendientes.
    Un beso ^^

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  3. Tampoco he leído nada del autor. Debería ponerle remedio, lo sé.
    Besotes!!!

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  4. Hola. una gran recomendación. Leí de Goethe hace años 'Las desventuras del joven Werther'. Seguimos en contacto

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    1. ¡Gracias!
      Las desventuras del joven Werther es toda una joyita^^

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  5. No he leído nada del autor, pero no me apetece demasiado...
    Besos!

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    1. ¡Oh! No me digas... jope XD
      A ver qué tal la próxima entrada (todavía no sé a quién escoger).

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  6. Hola!!! todavia no he leido nada de este autor, pero por lo que cuentas merece la pena conocerlo, asi que me apunto Las desventuras del joven Werther y esperare a tu reseña de fausto.
    Un abrazo

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    1. ¡Genial! Espero que disfrutes mucho con su lectura^^

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