lunes, 20 de abril de 2015

"Proyecto Potter" y la piedra filosofal: capítulo VII Y tú, ¿de qué Casa eres?

¡Buenaaaaas!
¡Volvemos una vez más con un nuevo capítulo de Harry Potter! Hoy nos toca El sombrero seleccionador, uno de los episodios más importantes de la Piedra filosofal, ese en el que se decide todo: tu “destino” en Hogwarts (modo épico on).
Pero antes de empezar con los spoilers, os recuerdo que esto de Potter es un proyecto entre amigos así que, si queréis pasaros, he aquí los enlaces a sus respectivos blogs: Los textos de Potter y Frikilóloga.

Volviendo al tema. Este capítulo comienza con la entrega por parte de Hagrid de los alumnos de primero a la profesora Minerva McGonagall, quien es la encargada de contarles a grandes rasgos lo que conlleva la selección de las Casas de Hogwarts. Después de ese momentazo de dudas, nerviosismos y miedos absolutos, los alumnos al fin se enfrentan a esa horrible prueba que no es ni más ni menos que ponerse un sombrero, eso sí, muy viejo y asqueroso y que, encima, hasta canta (sin doble sentido ¿eh?). Acto seguido, por arte de magia se sirve una lujosa cena y a la camita, que no hay que olvidar que son niños de once años y necesitan descansar.

A pesar de lo fácil que resulta resumir este capítulo, hay de sobra para un buen comentario.

-Uno de los párrafos que más me han llamado la atención y que os debo copiar es éste:
“Un horrible pensamiento atacó a Harry, uno de aquellos horribles pensamientos que aparecen cuando uno está muy intranquilo. ¿Y si a él no lo elegían para ninguna casa? ¿Y si se quedaba sentado con el sombrero sobre los ojos, durante horas, hasta que la profesora McGonagall se lo quitara de la cabeza para decirle que era evidente que se habían equivocado y que era mejor que volviera en el tren?”
Aquí te das cuenta, una vez más, del menosprecio al que Harry ha sido tratado toda su vida, ¿Cómo alguien como él iba a ser elegido para fin tan asombroso? Normal que a estas alturas de la vida no se lo crea, si es que son muchos años de maltrato psicológico. Aunque, a fin de cuentas, todos los alumnos estaban muy nerviosos, casi aterrorizados por esa “difícil prueba” que, según Fred Weasley, hacía incluso daño físico (menudo vacilón). De todas maneras, los alumnos aún siendo primerizos como Harry y aún sin saber de qué trataba la prueba, sí que tenían conocimientos suficientes sobre este mundo tan desconocido para Potter y, por lo tanto, más seguridad. Es decir, una cosa es estar nervioso por lo que se avecina y otra muy distinta, llegar a pensar que no se es suficientemente bueno como para quedarse.

-Después de estos momentos de intranquilidad y antes de acceder al Gran Comedor, los alumnos de primero se encuentran de sopetón con varios fantasmas del castillo, entre los que destacan “Nick casi decapitado” de la Casa Gryffindor, “El Barón Sanguinario” de Slytherin, y un fraile gordo de Hufflepuff (en el pasillo solo se encuentran con éste último).

-Resulta que los abuelos de Neville no descubrieron su poder hasta que con ocho años se “cayó” desde una ventana y rebotó en vez de morir aplastado. De la alegría familiar al conocer el poder mágico de su nieto, su tío abuelo Algie le regaló su actual sapo Trevor. Y este suceso me hizo pensar lo lógico que resulta este regalo, o sea, sus abuelos son de otra época en la que los sapos todavía “se llevaban”, por lo que no es de extrañar que su tío abuelo pensara que era un regalazo. Y, como ya sabéis, las lechuzas no son baratas.

"En Slytherin no, en Slytherin no."
-Hatstall se denomina a aquel mago/bruja que necesita más de cinco minutos para ser seleccionado a X Casa por el Sombrero. De acuerdo con esta definición, tres son los alumnos de este curso que casi llegan a ser parte de la historia: Hermione, Neville y Harry.  Granger, quien gracias a su intelecto y curiosidad se barajeaba la posibilidad de acabar en Ravenclaw, menos mal que no fue así. Harry que se debatía entre Slytherin y Gryffindor, su conexión con Voldemort le enviaba directamente a Slytherin pero su valentía y honor le deparaban la gran Casa de Gryffindor, así que el Sombrero no tuvo más remedio que hacerle caso y mandarle con su amigo Ron. Y, nuestro querido y patoso Neville, quien quería ser elegido para ir a la Casa de Hufflepuff ya que no se veía con el valor necesario para ingresar en Gryffindor. Cómo se infravalora el pobre, y todo por sus miedos sobre su magia, su torpeza y su supuesta falta de valor. Ya veremos más adelante de lo que este personajillo es capaz ;-)

-Este Sombrero seleccionador era propiedad de Godric Gryffindor y fue encantado por los cuatro miembros fundadores, quienes depositaron en él su inteligencia y preferencias para que, así, este objeto pudiera elegir a aquellos magos poseedores de las cualidades necesarias para según qué casas. Durante todo este tiempo el Sombrero nunca ha dado su brazo a torcer en cuanto a sus elecciones y aunque hay algún que otro caso de “alumno que no pega ni con cola con su Casa”, jamás leeréis por su parte que se ha equivocado.

-Otra cosilla que me emocionó fue ese grito al unísono de “¡Tenemos a Potter!”. Harry, ese niño que siempre quedaba para el final en cualquier deporte por culpa de su primo Dudley, ahora es el favorito y el que mayores aplausos reúne de su Casa. Me diréis que no es genial leer algo así, que al fin le muestren cariño y reconocimiento, o, por lo menos, respeto; lo necesita como el agua misma.

Siniestros son un rato ¿eh?
-“Los malos”. Al final del capítulo, Harry conoce a Snape a quien se le describe como “de grasiento pelo negro, nariz ganchuda y piel cetrina”, es decir, antes siquiera de conocer su nombre nos muestran a un profesor que nos trasmite una sensación de suciedad importante, característica que suele asociarse a los malos, además nos dan a entender que es un amargado que da la clase equivocada ya que lo suyo son las Artes Oscuras y, por si fuera poco, en cuanto sus miradas se cruzan (la de Harry y él), la cicatriz de Potter arde de dolor. Vamos, que Rowling nos acaba de decir “lectores, éste es el malo”. Pero, justo antes de acabar el día, la autora nos narra el primer sueño de Potter en Hogwarts, y no es precisamente alentador porque nos vuelve a liar al enseñarnos más posibles candidatos al más malo malísimo, como puedan ser Draco o el nervioso profesor Quirrell, ¿por qué el turbante le insiste en que deje Gryffindor y se quede en Slytherin? Por cierto, sueño del que no recordará nada al despertar.

-Por último, solo me queda resaltar lo que el director Dumbledore les aconseja a sus alumnos, esto es, no pasearse alegremente por los bosques del área del castillo y no pisar el pasillo del tercer piso del lado derecho sino quieren sufrir una muerte dolorosa. De estas palabras solo se pueden sacar intrigas que ya le gustarían a la mismísima señora Fletcher. ¿Qué habrá sucedido en ese pasillo? Ahora sí que sí empieza el misterio de La piedra filosofal.

Espero que os haya gustado mi aportación a este fascinante mundo =)


¡Leed mucho!^^



2 comentarios:

  1. Muy buen análisis. Tenía pensado poner lo del hatstall en la reseña, pero no me cuadraba, así que me alegro de que hayas puesto. Desde luego, le sacas jugo a cada detalle, jejejeje.

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