¡Buenaaaaas!
¡Volvemos una vez más con un
nuevo capítulo de Harry Potter! Hoy nos toca El sombrero seleccionador, uno de
los episodios más importantes de la Piedra
filosofal, ese en el que se decide todo: tu “destino” en Hogwarts (modo épico on).
Pero antes de empezar con los
spoilers, os recuerdo que esto de Potter es un proyecto entre amigos así que,
si queréis pasaros, he aquí los enlaces a sus respectivos blogs: Los textos de Potter y Frikilóloga.
Volviendo al tema. Este capítulo
comienza con la entrega por parte de Hagrid de los alumnos de primero a la
profesora Minerva McGonagall, quien es la encargada de contarles a grandes
rasgos lo que conlleva la selección de las Casas de Hogwarts. Después de ese
momentazo de dudas, nerviosismos y miedos absolutos, los alumnos al fin se
enfrentan a esa horrible prueba que no es ni más ni menos que ponerse un
sombrero, eso sí, muy viejo y asqueroso y que, encima, hasta canta (sin doble
sentido ¿eh?). Acto seguido, por arte de magia se sirve una lujosa cena y a la
camita, que no hay que olvidar que son niños de once años y necesitan
descansar.
A pesar de lo fácil que resulta
resumir este capítulo, hay de sobra para un buen comentario.
-Uno de los párrafos que más me
han llamado la atención y que os debo copiar es éste:
“Un horrible pensamiento atacó a Harry, uno de aquellos horribles
pensamientos que aparecen cuando uno está muy intranquilo. ¿Y si a él no lo
elegían para ninguna casa? ¿Y si se quedaba sentado con el sombrero sobre los
ojos, durante horas, hasta que la profesora McGonagall se lo quitara de la
cabeza para decirle que era evidente que se habían equivocado y que era mejor
que volviera en el tren?”
Aquí te das cuenta, una vez más, del menosprecio al que Harry ha sido
tratado toda su vida, ¿Cómo alguien como él iba a ser elegido para fin tan
asombroso? Normal que a estas alturas de la vida no se lo crea, si es que son
muchos años de maltrato psicológico. Aunque, a fin de cuentas, todos los
alumnos estaban muy nerviosos, casi aterrorizados por esa “difícil prueba” que,
según Fred Weasley, hacía incluso daño físico (menudo vacilón). De todas
maneras, los alumnos aún siendo primerizos como Harry y aún sin saber de qué
trataba la prueba, sí que tenían conocimientos suficientes sobre este mundo tan
desconocido para Potter y, por lo tanto, más seguridad. Es decir, una cosa es estar nervioso por lo que se
avecina y otra muy distinta, llegar a pensar que no se es suficientemente bueno
como para quedarse.
-Después de estos momentos de intranquilidad
y antes de acceder al Gran Comedor, los
alumnos de primero se encuentran de sopetón con varios fantasmas del castillo,
entre los que destacan “Nick casi decapitado” de la Casa Gryffindor, “El Barón
Sanguinario” de Slytherin, y un fraile gordo de Hufflepuff (en el pasillo solo
se encuentran con éste último).
-Resulta que los abuelos de
Neville no descubrieron su poder hasta que con ocho años se “cayó” desde una
ventana y rebotó en vez de morir aplastado. De la alegría familiar al conocer
el poder mágico de su nieto, su tío
abuelo Algie le regaló su actual sapo Trevor. Y este suceso me hizo pensar
lo lógico que resulta este regalo, o sea, sus abuelos son de otra época en la
que los sapos todavía “se llevaban”, por lo que no es de extrañar que su tío
abuelo pensara que era un regalazo. Y, como ya sabéis, las lechuzas no son
baratas.
"En Slytherin no, en Slytherin no." |
-Hatstall se denomina a aquel mago/bruja que necesita más de cinco
minutos para ser seleccionado a X Casa por el Sombrero. De acuerdo con esta
definición, tres son los alumnos de este curso que casi llegan a ser parte de
la historia: Hermione, Neville y Harry.
Granger, quien gracias a su intelecto y
curiosidad se barajeaba la posibilidad de acabar en Ravenclaw, menos mal que no
fue así. Harry que se debatía entre Slytherin y Gryffindor, su conexión con
Voldemort le enviaba directamente a Slytherin pero su valentía y honor le
deparaban la gran Casa de Gryffindor, así que el Sombrero no tuvo más remedio
que hacerle caso y mandarle con su amigo Ron. Y, nuestro querido y patoso
Neville, quien quería ser elegido para ir a la Casa de Hufflepuff ya que no se
veía con el valor necesario para ingresar en Gryffindor. Cómo se infravalora el
pobre, y todo por sus miedos sobre su magia, su torpeza y su supuesta falta de
valor. Ya veremos más adelante de lo que este personajillo es capaz ;-)
-Este Sombrero seleccionador era propiedad de Godric Gryffindor y fue
encantado por los cuatro miembros fundadores, quienes depositaron en él su
inteligencia y preferencias para que, así, este objeto pudiera elegir a
aquellos magos poseedores de las cualidades necesarias para según qué casas.
Durante todo este tiempo el Sombrero nunca ha dado su brazo a torcer en cuanto
a sus elecciones y aunque hay algún que otro caso de “alumno que no pega ni con
cola con su Casa”, jamás leeréis por su parte que se ha equivocado.
-Otra cosilla que me emocionó fue
ese grito al unísono de “¡Tenemos a Potter!”. Harry, ese
niño que siempre quedaba para el final en cualquier deporte por culpa de su
primo Dudley, ahora es el favorito y el que mayores aplausos reúne de su Casa.
Me diréis que no es genial leer algo así, que al fin le muestren cariño y
reconocimiento, o, por lo menos, respeto; lo necesita como el agua misma.
Siniestros son un rato ¿eh? |
-“Los malos”. Al final del capítulo, Harry conoce a Snape a quien se le describe como “de grasiento pelo negro, nariz ganchuda y
piel cetrina”, es decir, antes siquiera de conocer su nombre nos muestran a
un profesor que nos trasmite una sensación de suciedad importante,
característica que suele asociarse a los malos, además nos dan a entender que
es un amargado que da la clase equivocada ya que lo suyo son las Artes Oscuras
y, por si fuera poco, en cuanto sus miradas se cruzan (la de Harry y él), la
cicatriz de Potter arde de dolor. Vamos,
que Rowling nos acaba de decir “lectores, éste es el malo”. Pero, justo
antes de acabar el día, la autora nos narra el primer sueño de Potter en
Hogwarts, y no es precisamente alentador porque nos vuelve a liar al enseñarnos
más posibles candidatos al más malo malísimo, como puedan ser Draco o el nervioso
profesor Quirrell, ¿por qué el turbante
le insiste en que deje Gryffindor y se quede en Slytherin? Por cierto,
sueño del que no recordará nada al despertar.
-Por último, solo me queda
resaltar lo que el director Dumbledore les aconseja a sus alumnos, esto es, no
pasearse alegremente por los bosques del área del castillo y no pisar el pasillo del tercer piso del
lado derecho sino quieren sufrir una muerte dolorosa. De estas palabras
solo se pueden sacar intrigas que ya le gustarían a la mismísima señora
Fletcher. ¿Qué habrá sucedido en ese pasillo? Ahora sí que sí empieza el misterio de La piedra filosofal.
Espero que os haya gustado mi
aportación a este fascinante mundo =)
¡Leed mucho!^^
Muy buen análisis. Tenía pensado poner lo del hatstall en la reseña, pero no me cuadraba, así que me alegro de que hayas puesto. Desde luego, le sacas jugo a cada detalle, jejejeje.
ResponderEliminarEso intento =)
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