“Me miro en el espejo y frunzo el ceño, frustrada.
Qué asco de pelo. No hay manera con él. Y maldita sea Katherine Kavanagh, que
se ha puesto enferma y me ha metido en este lío.”
Autora: E.
L. James
Fecha de publicación: 2011 (original en inglés) y 2012 (en España)
Traducción: Pilar de la Peña Minguell y Helena Trías Bello
ISBN: 9788425348839
Págs.: 544
Editorial: Grijalbo
Trilogía/Saga: 1/3 Cincuenta sombras
Trilogía/Saga: 1/3 Cincuenta sombras
Sinopsis:
Cuando
la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar
al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse
ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e
inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto le desea. Cuando
la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las
peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de
sus propios y más oscuros deseos.
Opinión:
Qué
decir de Cincuenta sombras que no
sepáis ya ¿no? Una de las trilogías más odiadas a la par que queridas de los
últimos tiempos. Pues lo siento por muchos, pero me declino por la primera
opción. La verdad es que no era un libro que me llamara mucho la atención, pero, después de comprobar el amor profesado por tantas personas, decidí leerlo y así
poder criticar –fuera para bien o para mal- a gusto.
Nos
encontramos ante una historia erótico-romántica y "supuestamente" sado. Ana, la
protagonista, es una chica tímida, normalita físicamente –o eso se cree ella- y
muy inteligente, aunque, bueno, eso es lo que le dicen, otra cosa es que lo
aparente con sus monólogos interiores –veáse su insoportable diosa interior-. Y
el señor Grey es un joven guapo, no, espera, maravillosa e increíblemente guapo,
millonario, inteligentísimo, con gustos muy refinados y cultos pero que, por
cosas de la vida, ha tenido un pasado muy oscuro y turbulento, lo que le lleva
a comportarse de una manera algo diferente al resto de mortales. En principio,
tenemos los típicos personajes superficiales de toda buena novela romántica
sencillita que se precie. Es decir, la chica nunca va a ser un pivonazo desde
el principio, porque tendríamos un grave problema de compatibilidad con su
persona y no habría empatía suficiente para seguir leyendo, pero evidentemente -y como todas sabemos en el fondo-, la chica lo vale, y, a pesar de no arreglarse
nunca –como repite demasiadas veces: “no estoy acostumbrada a usar maquillaje”-, es una belleza. Además, el amante nunca será un tío bajito o enjuto pero que esconde
una personalidad increíble, no, no, estamos ante una novela romántica y para
feos ya tenemos nuestra realidad ¿no? Pues claro, queremos leer a tíos buenos
que se fijan misteriosamente en chicas normales –como nosotras- y enclenques
a poder ser. Así es la vida, y este género nos ayuda a soportar nuestras
penitas de amores con aventuras tórridas junto a amantes de ensueño. Bien,
hasta ahí no voy a criticar nada, me parece razonable, ya que estamos hablando
de una novela romántica y es lo que hay.
Pero,
vamos a ver, eso no quita que el escritor pueda tener imaginación. Seamos
realistas, ¿acaso la historia es original? ¡No! Tiene una trama lo más simple
posible –me remito al primer libro, no sé qué deparará el segundo-: chico guapo
se enamora de chica del montón, el tío pierde el culo por ella y pasa algo malo
para que haya algo de acción, eso sin contar las paranoias de la chica.
En fin,
tampoco me quiero enrollar mucho con la trama en sí, porque en el fondo, y muy
a mi pesar, no es lo peor del libro. Si tuviera que elegir un único fallo, sería la manera de narrar de la autora. Tampoco quiero ponerla de vuelta
y media, ya que es su primera novela, eso sin contar que es un fanfiction de
Crepúsculo, con lo que no me parecería correcto. Solo espero que haya una
mejora en su escritura desde este primer libro al tercero. Pero algunos puntos
a resaltar serían la abundante repetición de palabras y frases hechas durante
toda la trama –no está mal visto utilizar un diccionario de sinónimos de vez en
cuando- y las escenas de sexo mal llevadas –creo que tiene una obsesión
enfermiza con la palabra pezón-.
Sin
embargo, no debo pasar por alto el tema que realmente ha hecho de Cincuenta sombras el libro más criticado
por excelencia, y no es su dudable calidad literaria ni la introducción del
sado, sino el contrato que le entrega Grey a Anastasia y la aceptación de ella
a pesar de no estar muy segura, pero, niñas, el amor lo puede todo ¿no?
Desde
el principio ya hay una atracción sexual más que palpable entre ambos, con lo que Grey no tarda en descubrirle a Ana la manera de vivir
su sexualidad y, para ello, qué mejor forma que entregándole un contrato,
supuestamente para marcar los límites infranqueables de ella y, así, evitar
problemas de “yo esto no lo hago ni loca”. Por cierto, contrato completo que se
incluye en el libro. Es importante destacar que Ana es virgen, no ha tenido una
relación en su vida y es muy tímida. Lo que no le impide hacer lo que sea que
quiera Grey, porque está muy pero que muy enamorada, y eso que solo llevan dos
semanas. Si lees con atención sus monólogos y debates internos con su diosa
interior, se extrae fácilmente que la autoestima de Ana es inexistente y que lo
que de verdad ve en Grey, en un principio, es un pene. Os lo juro, no tiene
más, atracción física pura y dura junto al hecho de que le hace caso y a su miedo a
acabar como la loca de los gatos, me remito a una de las innumerables frases de
su diosa interior:
“Por favor, di que sí… si no, acabaremos
solas con un montón de gatos y tus novelas por única compañía.”
A Ana
el sado no le atrae para nada, sí, bueno, hay alguna cosilla que le puede
gustar, pero que le venden los ojos y se deje dar unos azotes tampoco lo veo como algo tan fuera de lo común. Aunque éste no es el tema principal del contrato, porque ahí Grey
tampoco se excede demasiado y son puntos tolerables para ella. Lo que realmente
da miedo es su enfermizo control sobre todo, pues no es un contrato exclusivo para
concretar qué hacen y qué no hacen dentro del dormitorio, sino que él tiene que
manejar su vida: lo que come, el ejercicio que hace a la semana, cómo vestir…
Pero si encima añadimos que es un celoso llegando al punto de acosador, como
ella misma se refiere a él muchas veces, eso sí, en tono de broma, porque en el
fondo le gusta -¡Vaya tela!-..., tenemos a un hombre con muchos problemas
psicológicos. Parece que la única con
dos dedos de frente es su compañera de piso y amiga, Kate, que, en cuanto le
conoce, desconfía. En fin, yo no hubiera hecho como Ana ni de lejos, pero, bueno, si te gusta no tener tu propio espacio, hacer lo que te venga en gana
cuando quieras y lo único que te interesa es el mejor sexo con el tío más
perfecto del lugar, este es tu libro. ¡Ah! Por cierto, la mayoría de emails
tienen su punto cómico, no todo es tan decepcionante.
Os dejo
dos citas bastante ridículas, pero ¡oye! me hicieron reír:
“Uau. Es de día. Miro el despertador: las
ocho. Me cubro la cara con las manos. No sabía que yo pudiera tener sueños
sexuales. ¿Ha sido por algo que comí? Quizá las ostras y la investigación, que
han acabado manifestándose en mi primer sueño erótico.”
“-[…] Ahora mismo sé que me deseas. […]
-Estás apretando los muslos, te has puesto
roja y tu respiración ha cambiado.
Vale, es demasiado.
-¿Cómo sabes lo de mis muslos? –le pregunto
en voz baja, en tono incrédulo.
Pero si están debajo de la mesa, por favor.
-He notado que el mantel se movía, y lo he
deducido basándome en años de experiencia. No me equivoco, ¿verdad?”
Libro
recomendado solo a aquellos que, como yo, quieran criticarlo, porque para
novelas eróticas hay mucho donde elegir y seguro que encontráis libros de mucha más calidad.
Sobre la autora:
El 7 de
Marzo de 1963, James nace bajo el nombre de Erika Mitchell, de madre chilena y
padre escocés. Se cría en Buckinghamshire
y es educada en una institución privada. Estudia historia en la Universidad de
Kent antes de convertirse en asistente de un director de los estudios del
National Film and Television School, en Beaconsfield. Vive en el oeste de Londres con su marido,
Niall Leonard, y sus dos hijos adolescentes. Del apellido de su esposo,
Leonard, adquiere la L de su pseudónimo E. L. James: Erika Leonard James en vez
de Erika Mitchell James.
De
momento solo ha
publicado la trilogía Cincuenta sombras de Grey:
- Cincuenta sombras de Grey (2011)
- Cincuenta sombras más oscuras (2012)
De libro a película:
Parecer
ser que el estreno de la primera parte de esta trilogía será en febrero de
2015. Dirigida por Sam Taylor-Wood y protagonizada por Jamie Dornan y Dakota Johnson.
Más info en Filmaffinity.
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Puntuación 0,5/5
Una critica excelente, me a resultado mas entretenida que el libro,
ResponderEliminarBuenisima esta opinión.
ResponderEliminarSOY DE CARACAS, TENGO 4O AÑOS ME GUSTÓ EL LIBRO AUNQUE MÁS ALLA DEL SEXO EXPLICITO HUBIESE PREFERIDO MAS TEMATICA... PERO ES BUENO BUENA NARRACION QUE ARROPA AL LA LECTORA Q ES MI CASO.. ME LOS LEI EN 15 DIAS JAJAJ...TAL VEZ LA EXPECTATIVA DE LA PELÍCULA NO SEA COMO LA DEL LIBRO YA QUE EL PROTAGONISTA NO INSPIRA MUCHO, HUBIESE PREFERIDO A MATT BOMER...:).. EXCELENTE CRITICA Y BUEN ANÁLISIS..
ResponderEliminarSí, los elegidos por unanimidad en Internet eran Matt Bomer y la prota de Las chicas Gilmore y, la verdad, es que pegaban mucho más para el papel. Aunque con el rollo de que era gay... Una pena no escogerle. ¡Gracias por los comentarios!
ResponderEliminarHolaaa! :3
ResponderEliminaray!!! a pesar de lo malísimo que es el libro, logra un sólo objetivo: Entretener.
Quise leerlo porque me gusta la novela erótica y por el mismo motivo reconocí las fallas de la historia, es verdad que me saturó tanto sexo(de hecho me saltaba las páginas) y el final de la trilogía fue tan ñeeeee :/, en fin mientras la gente comience a leer lo encuentro positivo, después van a querer más cosa y descubrirán buenos libros XD.
Saludos! :D
Hola!!
ResponderEliminarMe ha encantado tu reseña. La verdad que estoy contigo en todo. Creo que si quieres una novela erótica hay mucho mejores que esta.
Un saludo